LD (EFE) Según Peter Goldsmith, fiscal general del Reino Unido, a los cuatro acusados que serán juzgados militarmente, que pertenecen al Regimiento de Fusileros Reales, se les imputan cargos de "asalto, asalto indecente y de alterar el orden y la disciplina militar". Los supuestos torturadores podrían haber obligado a los prisioneros iraquíes a su cargo a efectuar, entre ellos mismos, actos sexuales.
El caso de otro soldado británico implicado en el asesinato de un iraquí cuando éste estaba siendo detenido ha sido enviado a la Fiscalía del Estado, que ha pedido a la Policía Metropolitana de Londres que investigue el incidente. El comandante de este último soldado no presentó cargos en su momento, por lo que el caso ya no puede ser juzgado por una corte marcial, pero sí presentado ante un tribunal ordinario.
El pasado mayo, el ministro de Defensa, Geoff Hoon informó al Parlamento de que en septiembre de 2003 el iraquí Baha Mousa, recepcionista de un hotel, murió mientras se encontraba bajo custodia militar británica. No obstante, el diario The Independent on Sunday ya afirmó cinco meses antes que soldados británicos golpearon con dureza a ocho jóvenes iraquíes que habían arrestado en Basora (sur de Irak) y a uno de ellos lo dejaron tan malherido que murió.