LD (EFE) En una declaración leída tras la reunión de emergencia convocada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, los quince miembros del Consejo de Seguridad deploraron la pérdida de vidas inocentes y subrayaron la necesidad de poner fin a la violencia. Annan había exhortado a condenar el ataque israelí en la localidad libanesa de Qana y hacer un llamamiento para un cese inmediato de las hostilidades.
Pero, las representaciones tan sólo pudieron acordar y emitir una tibia declaración presidencial en la que se expresa la "conmoción y disgusto" por el ataque de las fuerzas israelíes a un complejo residencial en Qana, en el que murieron más de sesenta personas, entre ellos 37 niños. Sin mencionar a Israel, el Consejo "deploró firmemente la pérdida de vidas inocentes y la muerte de todos los civiles en el actual conflicto" y pidió al secretario general que "informe en una semana sobre las circunstancias de este trágico incidente".
En el texto leído por el presidente de turno del Consejo, el embajador francés, Jean Marc de la Sabliere, también se expresa también la profunda preocupación de que una mayor escalada de la violencia tengan repercusiones aún más nefastas en la situación humanitaria. En este sentido, se subraya "la necesidad de poner fin a la violencia" y se enfatiza "la urgencia de lograr un alto al fuego duradero, permanente y sostenible", pero no se hace un llamamiento para un cese inmediato de las hostilidades.