L D (EFE) Ribkin también anunció que ha decidido no volver a Moscú y que permanecerá en Europa occidental hasta después de las elecciones rusas del 14 de marzo, ya que es "la única garantía realista" para la seguridad de su familia.
El político explicó que el pasado jueves le engatusaron "con artimañas" para llevarle hasta Kiev, capital de Ucrania, donde debía entrevistarse con Aslan Masjadov, el último presidente electo de Chechenia, con vistas a negociar un plan de paz.
Según su versión, tras ser escoltado por un grupo de hombres desde su casa moscovita, el 6 de febrero se encontró de repente en un apartamento de Kiev, donde dijo que fue drogado y estuvo inconsciente durante cuatro días. "Comí té y bocadillos y de repente me sentí como aletargado", contó a los periodistas. Después, se despertó en otro piso "desconocido" y se sintió "mal y muy cansado", sin saber cuánto tiempo había transcurrido.
Ribkin relató que, cuando recuperó la consciencia, el 10 de febrero, se dio cuenta de que le custodiaban dos hombres armados. Sus captores hablaban ruso. "Me di cuenta de que me había pasado algo horrible", afirmó, para añadir que uno de los guardas le dijo que todo aquello era una "operación especial". "Entonces me enseñaron un vídeo repulsivo en el que yo participaba y me dijeron que era un plan para comprometerme y obligarme a cooperar", prosiguió.
El político explicó que le obligaron a llamar a su familia desde Kiev para decir que se había tomado unas breves vacaciones y que las declaraciones que hizo después explicando que se había marchado con unos amigos a descansar a Ucrania y que por eso había desconectado incluso su teléfono móvil las hizo "bajo coerción". Señaló también que este viernes por la mañana vio a un doctor en Londres que le dijo que seguramente alguien puso alguna sustancia en su té.
"Después de lo que pasó en Kiev, estoy convencido de que estas elecciones son un juego sin reglas y que, en mi caso, puede acabar antes de que empiece", manifestó en la rueda de prensa, para añadir que proseguirá su campaña electoral desde el extranjero "para poder decir la verdad" a los rusos. "Será una lucha activa y sin concesiones", advirtió. "Como candidato registrado, puedo dirigirme a los rusos, incluso a través de esos medios de comunicación que normalmente censurarían cualquier indicio de opinión crítica con el régimen gobernante", añadió.
Ribkin, que hasta hace poco era considerado uno de los políticos rusos más serios y predecibles, se esfumó el jueves de la semana pasada para reaparecer el martes. Durante todo este tiempo se especuló, primero sobre su paradero y se sugirió incluso que podría haber sido víctima de una conspiración o de mafias. El político, que fue jefe del Consejo de Seguridad del Kremlin durante la presidencia de Boris Yelsin, atrajo la atención últimamente por sus ataques contra Putin, a quien acusó de erigir su popularidad "sobre la sangre derramada en Chechenia".
Ribkin prometió presentar pruebas y también "revelaciones poco decorosas" sobre el pasado del "número uno" del Kremlin, que busca revalidar su mandato el próximo 14 de marzo. Iván Ribkin mantiene una relación estrecha con el magnate ruso Boris Berezovski, quien financia su partido, Rusia Liberal, y tiene asilo político en Londres.
El político explicó que el pasado jueves le engatusaron "con artimañas" para llevarle hasta Kiev, capital de Ucrania, donde debía entrevistarse con Aslan Masjadov, el último presidente electo de Chechenia, con vistas a negociar un plan de paz.
Según su versión, tras ser escoltado por un grupo de hombres desde su casa moscovita, el 6 de febrero se encontró de repente en un apartamento de Kiev, donde dijo que fue drogado y estuvo inconsciente durante cuatro días. "Comí té y bocadillos y de repente me sentí como aletargado", contó a los periodistas. Después, se despertó en otro piso "desconocido" y se sintió "mal y muy cansado", sin saber cuánto tiempo había transcurrido.
Ribkin relató que, cuando recuperó la consciencia, el 10 de febrero, se dio cuenta de que le custodiaban dos hombres armados. Sus captores hablaban ruso. "Me di cuenta de que me había pasado algo horrible", afirmó, para añadir que uno de los guardas le dijo que todo aquello era una "operación especial". "Entonces me enseñaron un vídeo repulsivo en el que yo participaba y me dijeron que era un plan para comprometerme y obligarme a cooperar", prosiguió.
El político explicó que le obligaron a llamar a su familia desde Kiev para decir que se había tomado unas breves vacaciones y que las declaraciones que hizo después explicando que se había marchado con unos amigos a descansar a Ucrania y que por eso había desconectado incluso su teléfono móvil las hizo "bajo coerción". Señaló también que este viernes por la mañana vio a un doctor en Londres que le dijo que seguramente alguien puso alguna sustancia en su té.
"Después de lo que pasó en Kiev, estoy convencido de que estas elecciones son un juego sin reglas y que, en mi caso, puede acabar antes de que empiece", manifestó en la rueda de prensa, para añadir que proseguirá su campaña electoral desde el extranjero "para poder decir la verdad" a los rusos. "Será una lucha activa y sin concesiones", advirtió. "Como candidato registrado, puedo dirigirme a los rusos, incluso a través de esos medios de comunicación que normalmente censurarían cualquier indicio de opinión crítica con el régimen gobernante", añadió.
Ribkin, que hasta hace poco era considerado uno de los políticos rusos más serios y predecibles, se esfumó el jueves de la semana pasada para reaparecer el martes. Durante todo este tiempo se especuló, primero sobre su paradero y se sugirió incluso que podría haber sido víctima de una conspiración o de mafias. El político, que fue jefe del Consejo de Seguridad del Kremlin durante la presidencia de Boris Yelsin, atrajo la atención últimamente por sus ataques contra Putin, a quien acusó de erigir su popularidad "sobre la sangre derramada en Chechenia".
Ribkin prometió presentar pruebas y también "revelaciones poco decorosas" sobre el pasado del "número uno" del Kremlin, que busca revalidar su mandato el próximo 14 de marzo. Iván Ribkin mantiene una relación estrecha con el magnate ruso Boris Berezovski, quien financia su partido, Rusia Liberal, y tiene asilo político en Londres.