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El asesinato de la hermana de Gaviria agrava la situación política en Colombia a un mes de las presidenciales

Las elecciones presidenciales de Colombia que se celebrarán el próximo veintiocho de mayo podrían verse empeñadas por el asesinato de Liliana Gaviria Trujillo, hermana del ex presidente César Gaviria y actual dirigente del opositor Partido Liberal (PL). El cadáver fue encontrado cerca de su casa situada en las afueras de la localidad de Pereira. Según las primeras versiones, cinco hombres intentaron secuestrarla. Uno de los guardaespaldas murió y otro resultó herido.

LD (EFE) Varios candidatos presidenciales colombianos han coincidido en declarar que el asesinato de Liliana Gaviria Trujillo, hermana del ex presidente César Gaviria, vendrá a agravar la situación del país a un mes de que se celebre la jornada electoral. Las autoridades se han apresurado a señalar que el crimen puede ser un hecho aislado y no forma parte de la ola de asesinatos de activistas.
 
La víctima, una ingeniera y empresaria de la construcción de 52 años, fue hallada muerta el jueves al atardecer cerca de su casa en un condominio sitiado a las afueras de Pereira, capital del departamento de Risaralda (350 kilómetros al oeste de Bogotá). El ex presidente Gaviria conoció la noticia en Valledupar (norte), donde asistía a un festival musical, y de inmediato fue trasladado en un avión de la Policía a Pereira, su ciudad natal.
 
Según las primeras investigaciones oficiales, al menos cinco hombres intentaron secuestrar a la hermana del ex presidente Gaviria y en los hechos murió un guardaespaldas y otro resultó herido. El asesinato se llevó a cabo en el sitio La Badea de la ciudad industrial de Dosquebrada y de inmediato se emprendió una operación en la que, según medios locales, fueron detenidos dos sospechosos.
 
César Gaviria, que gobernó de 1990 a 1994 y más tarde fue secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), es desde el año pasado el jefe del Partido Liberal, una de las fuerzas opositoras al presidente Álvaro Uribe, quien aspira a ser reelegido para el mandato 2006-2010 y figura como favorito en las encuestas.
 
El presidente anunció medidas especiales para aclarar el crimen y detener a los responsables del asesinato, que supone un golpe para su programa de bandera: la política de seguridad democrática. Uribe, que asistía a un foro económico en Bogotá, fue informado del crimen y al regresar a la mesa principal anunció una recompensa equivalente a 430.000 dólares por la captura de los asesinos.

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