L D (EFE) El anuncio fue hecho por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, poco antes de que el presidente de EEUU, George W. Bush, señalara el lunes que la partida del gobernante de Liberia, Charles Taylor, era el comienzo de la solución de los problemas de ese país. "Espero que dentro de un futuro muy cercano el comandante de las fuerzas desembarque para coordinar cómo podemos ayudar a las fuerzas de paz de África occidental a abrir el puerto y facilitar la llegada y distribución de ayuda", dijo Powell.
El secretario de Estado indicó que el general de Ejército, Thomas Turner, se reunirá con el comandante nigeriano de las fuerzas de paz, el embajador de EEUU en Monrovia y funcionarios de las Naciones Unidas para discutir las medidas que se tendrán que tomar para abrir el puerto. Powell indicó que no se espera que haya un desembarco considerable de tropas estadounidenses para llevar a cabo esas tareas si se mantiene la calma.
Al aumentar el caos en Liberia el mes pasado, el presidente Bush ordenó el emplazamiento de una fuerza naval frente a las costas liberianas. La dotación de esa fuerza naval y de asalto anfibio es de unos 4.000 efectivos. Powell se manifestó complacido por la renuncia de Taylor y su partida hacia Nigeria y señaló que ha llegado el momento de que las partes en conflicto tomen una decisión en favor de la paz. "Estamos muy felices por los acontecimientos vistos en Monrovia, por la entrega pacífica y constitucional del poder de Charles Taylor al ahora presidente (Moses) Blah", dijo Powell. El secretario de Estado indicó que Estados Unidos está dispuesto "a hacer todo lo que se pueda para ayudar en la transición a un gobierno provisional y, en última instancia, a elecciones para que el pueblo de Liberia designe de manera libre y abierta a sus autoridades".
Optimismo de Bush
Por su parte, Bush dijo que la salida del presidente Charles Taylor de Liberia ayudará en los esfuerzos por mejorar la situación de la población de ese país. "La partida de Taylor de Liberia es un importante avance hacia un mejor futuro para el pueblo liberiano", dijo Bush durante una gira por el estado de Colorado. El presidente añadió que Estados Unidos ayudará a las fuerzas de paz y a las organizaciones humanitarias a llevar la ayuda a los que la necesitan en Liberia.
Bush habló con los periodistas después que el Pentágono anunciara en Washington que las fuerzas militares de Estados Unidos tomaron posiciones frente a Liberia tal como lo ordenó Bush hace más de dos semanas y se mantendrán en ese zona porque las órdenes no han cambiado. "El presidente Bush ordenó el 25 de julio que las fuerzas navales y militares de Estados Unidos se aproximaran y se apostaran frente a la costa de Liberia", dijo un portavoz del Pentágono.
Taylor partió a Nigeria después de que ese país le ofreció refugio y garantías de que se le protegerá físicamente. Sin embargo, la organización de defensa de los derechos humanos "Human Rights Watch" señaló que las autoridades de Nigeria deberían arrestarlo y entregarlo a un Tribunal Especial de Sierra Leona. "Taylor es un criminal de guerra acusado de los abusos más abyectos", manifestó Rory Mungoven, director de asuntos globales de "Human Rights Watch". "La amnistía para Taylor sería una burla de la ley internacional y una afrenta para sus innumerables víctimas", añadió. La organización señaló que la ley internacional no acepta el perdón por atrocidades que constituyan crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra.
El secretario de Estado indicó que el general de Ejército, Thomas Turner, se reunirá con el comandante nigeriano de las fuerzas de paz, el embajador de EEUU en Monrovia y funcionarios de las Naciones Unidas para discutir las medidas que se tendrán que tomar para abrir el puerto. Powell indicó que no se espera que haya un desembarco considerable de tropas estadounidenses para llevar a cabo esas tareas si se mantiene la calma.
Al aumentar el caos en Liberia el mes pasado, el presidente Bush ordenó el emplazamiento de una fuerza naval frente a las costas liberianas. La dotación de esa fuerza naval y de asalto anfibio es de unos 4.000 efectivos. Powell se manifestó complacido por la renuncia de Taylor y su partida hacia Nigeria y señaló que ha llegado el momento de que las partes en conflicto tomen una decisión en favor de la paz. "Estamos muy felices por los acontecimientos vistos en Monrovia, por la entrega pacífica y constitucional del poder de Charles Taylor al ahora presidente (Moses) Blah", dijo Powell. El secretario de Estado indicó que Estados Unidos está dispuesto "a hacer todo lo que se pueda para ayudar en la transición a un gobierno provisional y, en última instancia, a elecciones para que el pueblo de Liberia designe de manera libre y abierta a sus autoridades".
Optimismo de Bush
Por su parte, Bush dijo que la salida del presidente Charles Taylor de Liberia ayudará en los esfuerzos por mejorar la situación de la población de ese país. "La partida de Taylor de Liberia es un importante avance hacia un mejor futuro para el pueblo liberiano", dijo Bush durante una gira por el estado de Colorado. El presidente añadió que Estados Unidos ayudará a las fuerzas de paz y a las organizaciones humanitarias a llevar la ayuda a los que la necesitan en Liberia.
Bush habló con los periodistas después que el Pentágono anunciara en Washington que las fuerzas militares de Estados Unidos tomaron posiciones frente a Liberia tal como lo ordenó Bush hace más de dos semanas y se mantendrán en ese zona porque las órdenes no han cambiado. "El presidente Bush ordenó el 25 de julio que las fuerzas navales y militares de Estados Unidos se aproximaran y se apostaran frente a la costa de Liberia", dijo un portavoz del Pentágono.
Taylor partió a Nigeria después de que ese país le ofreció refugio y garantías de que se le protegerá físicamente. Sin embargo, la organización de defensa de los derechos humanos "Human Rights Watch" señaló que las autoridades de Nigeria deberían arrestarlo y entregarlo a un Tribunal Especial de Sierra Leona. "Taylor es un criminal de guerra acusado de los abusos más abyectos", manifestó Rory Mungoven, director de asuntos globales de "Human Rights Watch". "La amnistía para Taylor sería una burla de la ley internacional y una afrenta para sus innumerables víctimas", añadió. La organización señaló que la ley internacional no acepta el perdón por atrocidades que constituyan crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra.