L D (EFE) Previamente, el propio presidente George Bush se había puesto en contacto telefónico con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para expresarle su pesar por el incidente. Sgrena, secuestrada a comienzos del mes pasado en Irak, había sido puesta en libertad y entregada a tres agentes italianos.
La periodista del diario Il Manifesto era trasladada al aeropuerto internacional de Bagdad cuando el vehículo en el que viajaba fue blanco de las balas de militares estadounidenses. En el incidente resultó muerto Nicola Calipari, un veterano agente de los servicios secretos italianos, que resultó alcanzado por las balas cuando trataba de proteger a la reportera. La misma Sgrena fue herida en un hombro.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, explicó que en su llamada telefónica, Bush "aseguró al primer ministro Berlusconi que (el incidente) será exhaustivamente investigado. Estamos cooperando estrechamente con las autoridades italianas", agregó. "Fue una llamada a un buen amigo para expresarle nuestro pesar por el incidente", explicó el portavoz, que insistió en que las circunstancias del incidente, que ha causado un fuerte escándalo en Italia, "están aún por aclarar".
Según la versión de las autoridades militares estadounidenses, los soldados del puesto de control en las cercanías del aeropuerto intentaron avisar al conductor del vehículo, que circulaba a gran velocidad, para que se detuviera. Los soldados, según los mandos militares, le hicieron señales manualmente, con luces y lanzaron disparos de advertencia antes de abrir fuego contra el vehículo.
Pero la periodista, quien llegó este sábado de regreso a Italia, ha asegurado, según su compañero, Pier Scolari, que se habían dado "todos los avisos" y se habían pasado "todos los controles". Berlusconi convocó el viernes por la noche, inmediatamente después del incidente, al embajador estadounidense en Roma, con quien se reunió durante una hora y demandó una investigaci