La queja oficial viene motivada por el pago de España a los terroristas del Magreb Islámico para liberar a Albert Villalta y Roque Pascual. Las condiciones de los primeros eran que se presionara a Mauritania para enviar a Mali y pusiera en libertad allí a Omar Saharaui, único secuestrador detenido. Y la segunda, que se pagasen más de siete millones de euros por el rescate de los tres secuestrados, incluyendo a Alicia Gámez en el grupo.
El Departamento de Estado de Hillary Clinton, apenas 15 días antes de la liberación de los dos hombres, y había hecho público un informe en el que llamaba a todos los aliados a no aceptar las condiciones de los terroristas porque ésa es la principal fuente de dinero para sus actividades.
La queja viene ahora de forma oficial y centrada en España. El autor del mencionado informe, el coordinador antiterrorista del Departamento de Estado, Daniel Benjamin, embajador en Washington, transmitió al embajador español en Washington, Jorge Dezcallar, una "protesta verbal" ante la política de Zapatero. Y es que el presidente ha hecho gala en repetidas ocasiones de su tendencia a desembolsar dinero para los terroristas.
Desde el secuestro del Playa de Bakio en abril del 2008 y el Alakrana, en octubre del año siguiente, hasta el de los tres cooperantes en noviembre de 2009, en poco más de dos años España ha pagado a los diferentes secuestradores unos 12 millones de euros. El Departamento de Estado señala, según El Mundo, que los piratas somalíes obtuvieron el dinero de los armadores y el Gobierno simplemente cooperó para hacer llegar el pago. Los terroristas islámicos sí que recibieron el dinero directamente del Gobierno.
Otra diferencia es que no es lo mismo financiar a la criminalidad de los piratas que operan en una zona de África que contribuir a la salud económica de unos terroristas vistos como el "principal elemento de desestabilización" de la zona, dice el Departamento de Estado.
España no ha desmentido o confirmado ninguno de estos extremos. A lo más que ha llegado Zapatero, dice El Mundo, es a argumentar que estas informaciones "sólo deben comentarse en la Comisión de Secretos Oficiales". No obstante, El Mundo ha certificado estos pagos en las tres ocasiones.
Malestar en las Fuerzas de Seguridad
Además, un importante número de miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado comparten este malestar por la "política blanda" de Zapatero. La premisa inicial de "no poner en peligro las vidas" enunciada por Moratinos con el Playa de Bakio es un "error" ya que "dice a los secuestradores desde el primer momento que no se va a hacer". Esta política se ha materializado en dos imágenes que han irritado especialmente a ese grupo: una la de los cooperantes secuestrados sonriendo junto a su secuestrador camino de ser liberados; y otra de Roque Pascual puño en alto celebrando su puesta en libertad al llegar a Barcelona.
Otro elemento criticado por este grupo de Fuerzas de Seguridad fue la manera de hacerse los pagos. Félix Sanz Roldán compareció ante la Comisión de Gastos Reservados y afirmó que se había cumplido la ley en la liberación del Alakrana, pero según El Mundo, los agentes que llevaron el dinero a altamar en helicóptero pusieron sus vidas en peligro al aterrizar un avión Hércules en Mogadiscio, uno de los lugares más inestables del mundo, en plena noche.
Ese malestar se prolonga ahora y sigue de plena actualidad debido a la política blanda con Marruecos y sus abusos y amenazas en la frontera. Argel ya ha informado al CNI del peligro que correría España de pasar el Sahara a formar parte de Marruecos. No hay que subestimar que un "gran Marruecos", como dice El Mundo, pueda generar gran inestabilidad en un futuro cercano.