(Libertad Digital) Fuentes oficiales de la Administración de Estados Unidos han confirmado al diario The Washington Post que la nueva resolución, que podría presentarse incluso la próxima semana al Consejo de Seguridad de la ONU, daría al secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, el poder de decisión para nombrar a un delegado de la ONU que trabajaría con la Administración temporal estadounidense instalada en Bagdad. Dicho comisario de la ONU estaría implicado directamente en los programas humanitarios y de reconstrucción de Irak, así como en la formación de una Autoridad Interina iraquí, pero no podría actuar por su cuenta, sino que estaría vinculado directamente a la Administración de los aliados y su mandato terminaría cuando las autoridades estadounidenses abandonaran el país tras dejarlo en manos de un Gobierno interino formado por iraquíes.
La decisión de presentar esta nueva resolución se tomó este miércoles, durante una reunión del presidente de EEUU, George W.Bush, con sus asesores de Seguridad Nacional. Según el diario The Washington Post , el borrador del texto adoptó básicamente las propuestas de los asesores del Pentágono, que pedían la eliminación rápida de todos los controles de la ONU sobre Irak, en detrimento de las ideas de los funcionarios del Departamento de Estado, que promovían pedir a la ONU que fuera retirando paso a paso las sanciones hasta concluir con la anulación definitiva del programa “Petróleo por Alimentos”. Según las fuentes consultadas por el mencionado rotativo, la decisión de ofrecer sólo modestas concesiones a la ONU, frente a los países que han pedido un papel determinante para las Naciones Unidas en la reconstrucción de Irak, volverá a provocar una nueva confrontación al mismo tiempo que muchos miembros del Consejo de Seguridad tratan de reparar sus relaciones con EEUU.
No obstante, la Administración Bush reconoce que ahora parte con la ventaja de que los países que se opusieron a sus planes hace un mes, ahora reconocen que EEUU, tras la caída del régimen de Sadam Husein, es el único poder que puede garantizar una administración estable en Irak. Además, la necesidad urgente de que se retiren las sanciones para poder abastecer a la población iraquí será otro de los argumentos de peso que podrán utilizar los diplomáticos norteamericanos ante el Consejo de Seguridad, que no podrá oponerse por mucho tiempo a bloquear la llegada de ayuda humanitaria al margen del programa “Petróleo por Alimentos” si se quiere restaurar pronto la situación en un país que afrontaría, de no ser así, una difícil posguerra.
En este sentido, y aunque el texto de la resolución aún es sólo un borrador, la Administración Bush contempla proponer a la ONU que esta institución traspase los rendimientos obtenidos por la venta del petróleo iraquí a un Banco Central de Irak, que se fundaría inmediatamente. Este Banco Central administraría dichos fondos para la reconstrucción de Irak, que de momento seguiría organizándose desde la Oficina para la Reconstrucción y Ayuda Humanitaria puesta en marcha por el Pentágono, que actualmente está bajo la dirección del general retirado Jay Garner, administrador de Irak, y que luego pasaría a manos de la Autoridad Interina iraquí. La distribución de este dinero, en cualquier caso, quedaría bajo la supervisión de una autoridad financiera internacional, que podrían ser el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, según The Washington Post .
Este jueves, el Consejo de Seguridad aprobó una propuesta presentada por México para extender el mandato de la ONU sobre el programa “Petróleo por Alimentos” hasta el próximo 3 de junio, lo que permite a Kofi Annan mantener el control directo sobre el petróleo iraquí hasta dentro de casi seis semanas. Sin embargo, la fecha en la que expira este mandato ya se considera en la ONU como el final definitivo de dicho programa, que se puso en marcha oficialmente en 1996 pero entró en funcionamiento en 1997. A partir de ese momento, podrá iniciarse una nueva fase, que es la diseñada por la Administración Bush en la resolución que podría presentarse la próxima semana.
La decisión de presentar esta nueva resolución se tomó este miércoles, durante una reunión del presidente de EEUU, George W.Bush, con sus asesores de Seguridad Nacional. Según el diario The Washington Post , el borrador del texto adoptó básicamente las propuestas de los asesores del Pentágono, que pedían la eliminación rápida de todos los controles de la ONU sobre Irak, en detrimento de las ideas de los funcionarios del Departamento de Estado, que promovían pedir a la ONU que fuera retirando paso a paso las sanciones hasta concluir con la anulación definitiva del programa “Petróleo por Alimentos”. Según las fuentes consultadas por el mencionado rotativo, la decisión de ofrecer sólo modestas concesiones a la ONU, frente a los países que han pedido un papel determinante para las Naciones Unidas en la reconstrucción de Irak, volverá a provocar una nueva confrontación al mismo tiempo que muchos miembros del Consejo de Seguridad tratan de reparar sus relaciones con EEUU.
No obstante, la Administración Bush reconoce que ahora parte con la ventaja de que los países que se opusieron a sus planes hace un mes, ahora reconocen que EEUU, tras la caída del régimen de Sadam Husein, es el único poder que puede garantizar una administración estable en Irak. Además, la necesidad urgente de que se retiren las sanciones para poder abastecer a la población iraquí será otro de los argumentos de peso que podrán utilizar los diplomáticos norteamericanos ante el Consejo de Seguridad, que no podrá oponerse por mucho tiempo a bloquear la llegada de ayuda humanitaria al margen del programa “Petróleo por Alimentos” si se quiere restaurar pronto la situación en un país que afrontaría, de no ser así, una difícil posguerra.
En este sentido, y aunque el texto de la resolución aún es sólo un borrador, la Administración Bush contempla proponer a la ONU que esta institución traspase los rendimientos obtenidos por la venta del petróleo iraquí a un Banco Central de Irak, que se fundaría inmediatamente. Este Banco Central administraría dichos fondos para la reconstrucción de Irak, que de momento seguiría organizándose desde la Oficina para la Reconstrucción y Ayuda Humanitaria puesta en marcha por el Pentágono, que actualmente está bajo la dirección del general retirado Jay Garner, administrador de Irak, y que luego pasaría a manos de la Autoridad Interina iraquí. La distribución de este dinero, en cualquier caso, quedaría bajo la supervisión de una autoridad financiera internacional, que podrían ser el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, según The Washington Post .
Este jueves, el Consejo de Seguridad aprobó una propuesta presentada por México para extender el mandato de la ONU sobre el programa “Petróleo por Alimentos” hasta el próximo 3 de junio, lo que permite a Kofi Annan mantener el control directo sobre el petróleo iraquí hasta dentro de casi seis semanas. Sin embargo, la fecha en la que expira este mandato ya se considera en la ONU como el final definitivo de dicho programa, que se puso en marcha oficialmente en 1996 pero entró en funcionamiento en 1997. A partir de ese momento, podrá iniciarse una nueva fase, que es la diseñada por la Administración Bush en la resolución que podría presentarse la próxima semana.