LD (Agencias) En una declaración emitida por la Casa Blanca, la administración del presidente George Bush ha pedido a Damasco y Tel-Aviv a evitar cualquier acción que pueda provocar una escalada de violencia en Oriente Medio, tras el bombardeo israelí contra objetivos de la organización terrorista palestina Yihad Islámica asentados en territorio sirio. En Nueva York, la ofensiva diplomática de Siria ha fracasado después que no prosperara una resolución que condenaba el ataque aéreo. El voto en contra de EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU ha provocado que la reunión urgente convocada por los sirios terminara sin decisiones concretas. La mayoría de las delegaciones pidieron tiempo para consultar con sus gobiernos la respuesta a dar. La presidencia estadounidense en turno dijo que celebrará nuevamente "consultas tan pronto como sea posible", pero no se ha establecido fecha alguna para votar el proyecto.
Mientras, en Washington un alto funcionario estadounidense dijo que "llamamos, a la vez a Israel y a Siria, a evitar cualquier acción que exacerbe las tensiones o pueda conducir a hostilidades. Hemos sido informados esta mañana por el Gobierno israelí de que había atacado un campo de entrenamiento terrorista en Siria unas horas antes. Hemos dicho en varias ocasiones al Gobierno sirio que está en el bando malo en la guerra contra el terrorismo y que debe dejar de dar cobijo a terroristas. Este sigue siendo nuestro punto de vista", añadió el responsable.
El sentimiento en la ONU era de preocupación por la escalada de la violencia en Oriente Medio y ante eventos que ponen en peligro la paz y seguridad regional, a juzgar por los discursos de países miembros y no miembros del Consejo en la sesión convocada de urgencia a petición de Siria. La reunión, que presidía el embajador de EEUU ante la ONU, John Negroponte, comenzó con la intervención del representante sirio, Faysal Mekdad, quien pidió al Consejo que condene el bombardeo de hoy contra su territorio y exija a Israel que "se abstenga" de acciones como ésa. El diplomático presentó un proyecto de resolución que incluye esos dos puntos y confió en que todos los miembros "responderán sin tardanza" de forma positiva a la propuesta. Mekdad criticó a Israel por un ataque que calificó de "brutal e injustificado" y que, en su opinión, constituye una "violación flagrante" de la Carta de Naciones Unidas.
Por su parte, el embajador israelí, Dan Gillerman, consideró el ataque como un "acto claro de legítima defensa" tras el atentado que causó la muerte de 19 personas el sábado en Haifa. Gillerman, quien lamentó el hecho de que el Consejo decidiera reunirse de urgencia tras este ataque y no lo hiciera por el atentado que lo originó, justificó el bombardeo por el presunto apoyo sirio a organizaciones terroristas como la Yihad Islámica. El embajador mexicano, Adolfo Aguilar, advirtió de que "nada se gana con acciones de esta índole", que, sin embargo, contribuyen a la "espiral de violencia" de la que Israel es víctima. Mientras, su colega ruso, Genady Gatilov, recordó que "por primera vez en muchos años, la fuerza aérea israelí ha disparado misiles contra un blanco civil" en Siria, un acto que incrementa las tensiones en Oriente Medio y que puede conllevar "consecuencias aún más dramáticas y trágicas" en una región ya frágil.
Entre los que condenaron el atentado terrorista de Haifa estuvo el embajador de España ante la ONU, Inocencio Arias, quien consideró "execrable" el acto terrorista. "Esto no puede llevarnos a pasar por alto, ni minimizar la extrema gravedad del ataque" israelí contra Siria, advirtió Arias, quien lo consideró como "una obvia y clara violación del derecho internacional" y, por lo tanto, "algo que encontramos condenable". Tanto Arias, como su colega de China, Wang Guangye, el de Reino Unido, Emyr Jones Parry, y el de Francia, Jean Marc de La Sabliere, pidieron que las partes implicadas muestren moderación, un llamamiento al que se sumaron numerosos países árabes que participaron en el debate pese a no ser miembros del organismo.
El embajador estadounidense, John Negroponte, sostuvo en nombre de su Gobierno que una "nueva resolución sobre Oriente Próximo no sería necesaria. Lo que sí es necesario es que Siria desarticule a los terroristas que se encuentran en el interior de sus fronteras". Negroponte fue el único embajador que no condenó la incursión aérea israelí y señaló que "EEUU piensa que Siria está en el lado malo en la guerra contra el terrorismo.
Mientras, en Washington un alto funcionario estadounidense dijo que "llamamos, a la vez a Israel y a Siria, a evitar cualquier acción que exacerbe las tensiones o pueda conducir a hostilidades. Hemos sido informados esta mañana por el Gobierno israelí de que había atacado un campo de entrenamiento terrorista en Siria unas horas antes. Hemos dicho en varias ocasiones al Gobierno sirio que está en el bando malo en la guerra contra el terrorismo y que debe dejar de dar cobijo a terroristas. Este sigue siendo nuestro punto de vista", añadió el responsable.
El sentimiento en la ONU era de preocupación por la escalada de la violencia en Oriente Medio y ante eventos que ponen en peligro la paz y seguridad regional, a juzgar por los discursos de países miembros y no miembros del Consejo en la sesión convocada de urgencia a petición de Siria. La reunión, que presidía el embajador de EEUU ante la ONU, John Negroponte, comenzó con la intervención del representante sirio, Faysal Mekdad, quien pidió al Consejo que condene el bombardeo de hoy contra su territorio y exija a Israel que "se abstenga" de acciones como ésa. El diplomático presentó un proyecto de resolución que incluye esos dos puntos y confió en que todos los miembros "responderán sin tardanza" de forma positiva a la propuesta. Mekdad criticó a Israel por un ataque que calificó de "brutal e injustificado" y que, en su opinión, constituye una "violación flagrante" de la Carta de Naciones Unidas.
Por su parte, el embajador israelí, Dan Gillerman, consideró el ataque como un "acto claro de legítima defensa" tras el atentado que causó la muerte de 19 personas el sábado en Haifa. Gillerman, quien lamentó el hecho de que el Consejo decidiera reunirse de urgencia tras este ataque y no lo hiciera por el atentado que lo originó, justificó el bombardeo por el presunto apoyo sirio a organizaciones terroristas como la Yihad Islámica. El embajador mexicano, Adolfo Aguilar, advirtió de que "nada se gana con acciones de esta índole", que, sin embargo, contribuyen a la "espiral de violencia" de la que Israel es víctima. Mientras, su colega ruso, Genady Gatilov, recordó que "por primera vez en muchos años, la fuerza aérea israelí ha disparado misiles contra un blanco civil" en Siria, un acto que incrementa las tensiones en Oriente Medio y que puede conllevar "consecuencias aún más dramáticas y trágicas" en una región ya frágil.
Entre los que condenaron el atentado terrorista de Haifa estuvo el embajador de España ante la ONU, Inocencio Arias, quien consideró "execrable" el acto terrorista. "Esto no puede llevarnos a pasar por alto, ni minimizar la extrema gravedad del ataque" israelí contra Siria, advirtió Arias, quien lo consideró como "una obvia y clara violación del derecho internacional" y, por lo tanto, "algo que encontramos condenable". Tanto Arias, como su colega de China, Wang Guangye, el de Reino Unido, Emyr Jones Parry, y el de Francia, Jean Marc de La Sabliere, pidieron que las partes implicadas muestren moderación, un llamamiento al que se sumaron numerosos países árabes que participaron en el debate pese a no ser miembros del organismo.
El embajador estadounidense, John Negroponte, sostuvo en nombre de su Gobierno que una "nueva resolución sobre Oriente Próximo no sería necesaria. Lo que sí es necesario es que Siria desarticule a los terroristas que se encuentran en el interior de sus fronteras". Negroponte fue el único embajador que no condenó la incursión aérea israelí y señaló que "EEUU piensa que Siria está en el lado malo en la guerra contra el terrorismo.