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EEUU otorga un contrato para trabajar en Irak a una empresa que estuvo dirigida por Cheney

Una empresa filial del grupo estadounidense Halliburton, que estuvo presidida hasta hace tres años por el actual vicepresidente del Gobierno, Dick Cheney, ha recibido la adjudicación del contrato principal para apagar los incendios de los pozos petroleros en Irak. The New York Times publica que empresas estadounidenses con conexiones políticas con el Gobierno de George Bush están tratando de obtener las concesiones para la reconstrucción iraquí.

LD (Agencias) El cuerpo de ingenieros militares de la Armada estadounidense adjudicó el contrato a la empresa Kellogg, Brown and Root, una división del grupo energético y de ingeniería Halliburton, que fue presidida por Cheney durante cinco años hasta 2000, puntualizó en un comunicado el Ministerio de Defensa. Hasta el momento no se conoce el montante económico de la operación. Los ingenieros militares son el cuerpo encargados de elaborar un plan de urgencia para extinguir los incendios que podrían asolar los pozos de petróleo y de evaluar los gastos causados a las instalaciones petrolíferas durante la guerra. El teniente coronel de este cuerpo, Gene Pawlik, precisó que este contrato no ha pasado por una licitación de ofertas.

Halliburton, que es uno de los mayores contratistas militares, se ha encargado recientemente de la construcción de la prisión de Guantánamo (Cuba) en donde están detenidos los sospechosos de pertenecer a la red terrorista Al Qaeda y al régimen afgano de los talibanes. La compañía está siendo investigada desde el pasado mayo por la Comisión Nacional de Mercados de Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés) por irregularidades contables.

En ese contexto, el periódico The New York Times , publica que empresas estadounidenses con conexiones políticas con el gobierno del presidente George Bush se encuentran entre las competidoras en el concurso para la reconstrucción de Irak. A pesar de que no hace ni una semana que empezó la guerra, Washington ya ha comenzado a elaborar los planes de ocupación y reconstrucción de Irak, a través de pujas secretas de compañías estadounidenses para adquirir contratos. La decisión de invitar sólo a compañías de EEUU en el concurso para la adjudicación de contratos, según el rotativo neoyorquino, ha profundizado las divisiones internacionales relacionadas con la guerra de Irak, así como en el mismo Congreso norteamericano.

Los planes de reconstrucción del gobierno de Bush, que calculan podría elevarse a entre 25.000 millones y 100.000 millones de dólares, está considerado el más costoso desde el Plan Marshall en Europa, tras la II Guerra Mundial. Entre las prioridades inmediatas para la reconstrucción, a la que están pujando las compañías estadounidenses, se encuentra el puerto de Umm Qasr, zona de carga y descarga de mercancías con el resto de países del Golfo Pérsico. También están pujando compañías especializadas en desmantelar y neutralizar armas químicas y nucleares, así como empresas de ingeniería y construcción para rehabilitar los aeropuertos, asegurar el abastecimiento del agua potable, la reparación de las centrales eléctricas, carreteras, redes ferroviarias, escuelas, hospitales y sistemas de irrigación.

Según anota el diario, no sólo la comunidad internacional está molesta, sino también los legisladores norteamericanos que, viendo las maniobras del gobierno Bush, temen que los contratos con compañías privadas se firmen sin consultar primero con el Congreso.

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