L D (Agencias) En el informe anual sobre terrorismo mundial presentado en Washington, el Departamento de Estado destaca el régimen de Teherán, considerado "el apoyo más activo al terrorismo en 2002". El informe señala que el número de atentados terroristas en el mundo cayó significativamente en 2002, pero advierte de que el riesgo de ataques sigue siendo elevado, especialmente debido a la amenaza que representa Al-Qaeda, la red dirigida por Osama Ben Laden.
El número total de atentados terroristas en el mundo descendió a 199 en el año 2000, frente a 355 en 2001 y 426 en el año 2000. Se trata de la cifra más baja de los últimos 20 años, según los datos de que dispone Estados Unidos, que se remontan a 1981. Las cifra más alta se alcanzó en 1987, con 665 atentados. En cuanto a las víctimas, en 2002 murieron 725 personas en atentados terroristas en todo el mundo, frente a 3.295 en 2001 -la mayoría en los atentados del 11 de septiembre, perpetrados contra Nueva York y Washington-. El informe estima que este descenso de los ataques es un logro de la guerra mundial contra el terrorismo emprendida por Estados Unidos y la comunidad internacional tras el 11-S. "El peligro persiste, pese a los sólidos progresos", afirma el texto. Así, pese a la caída del régimen talibán en Afganistán, considerado protector de Al-Qaeda, Washington cree que la organización "sigue preparando ataques" y "es probable que haya nuevos atentados".
El número total de atentados terroristas en el mundo descendió a 199 en el año 2000, frente a 355 en 2001 y 426 en el año 2000. Se trata de la cifra más baja de los últimos 20 años, según los datos de que dispone Estados Unidos, que se remontan a 1981. Las cifra más alta se alcanzó en 1987, con 665 atentados. En cuanto a las víctimas, en 2002 murieron 725 personas en atentados terroristas en todo el mundo, frente a 3.295 en 2001 -la mayoría en los atentados del 11 de septiembre, perpetrados contra Nueva York y Washington-. El informe estima que este descenso de los ataques es un logro de la guerra mundial contra el terrorismo emprendida por Estados Unidos y la comunidad internacional tras el 11-S. "El peligro persiste, pese a los sólidos progresos", afirma el texto. Así, pese a la caída del régimen talibán en Afganistán, considerado protector de Al-Qaeda, Washington cree que la organización "sigue preparando ataques" y "es probable que haya nuevos atentados".