Aunque las medidas de vigilancia y control del pasaje son inevitables, creo que la Sra. Napolitano está poniendo el carro delante del burro. Las medidas de control deberían incidir en quién pretende viajar a USA -o a otros países occidentales- y porqué. Seguramente tendríamos mucho que aprender de los métodos Israelitas al respecto.
Después de que su propio padre alertara a la embajada USA de las sospechas sobre su hijo, las declaraciones de la Sra. Napolitano de que "la información sobre él no era suficientemente específica o grave como para impedirle que abordara un avión comercial" parecen de aurora boreal. En vista de eso se le deja embarcar, pero se fastidia a decenas de miles de personas sobre las que no hay la más mínima sospecha...
Vamos a ver. Hay dos filosofías en la seguridad aérea.
La estadounidense, que se centra en buscar 'armas', y la israelí que busca 'terroristas', ademas de armas, evidentemente.
No tiene lógica chequear al número 10 de la lista de embarque, porque 'toca' y no hacerlo con potenciales terroristas. Evidentemente los 'malos' cada vez se camuflan mejor, y eso solo implica que los métodos 'psicológicos' de detectar a los malos deben ser mejores. Y el personal de seguridad debe ser experto en estos temas, y no solo en mirar al escaner, pero esto es mucho más caro y difícil de hacer. Por ello nos siguen vendiendo la pantomima de quitarte los zapatos, o el cinturón como el paradigma de la seguridad.
Tal y como se está poniendo viajar en avión, las empresas harían bien en fijarse en los sistemas de videoconferencia con pantallas de 60'', que simulan la realidad de una mesa de reuniones de una forma muy 'solvente'. Esa 'telepresencia' debería ser potenciada para evitar viajes en avión innecesarios. lo cual redundaría en mayor comodidad y en menor contaminación.
La señora Napolitano gusta mucho de insultar a los veteranos de guerra, pero aún no se ha dado cuenta de que al haber dado por terminada la Guerra contra el Terror (War on Terror), se van a echar encima de ellos todos los terroristas, que saben que ya tiene "carta blanca" para atentar, como ya ocurrió en Fort Hood, Tejas.