LD (Agencias) Paul Wolfowitz contestó afirmativamente a un senador que le preguntó si su declaración implicaba que EEUU “estaban dispuestos a compartir la autoridad y las responsabilidades” en los esfuerzos de reconstrucción. Es normal que países que comprometen sus recursos en Irak tengan un control sobre la manera en que se gastan, agregó. Varios senadores sostuvieron que el pedido del presidente George Bush de 87.000 millones de dólares adicionales, principalmente para Irak, confirma las afirmaciones de que el Gobierno incurrió en un severo error de cálculo sobre el costo de ir a la guerra.
En una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado, el demócrata de mayor rango en el comité, senador Carl Levin, observó que el Gobierno había rechazado los cálculos previos a la invasión de que el conflicto costaría de 100 mil a 200 mil millones de dólares. El nuevo pedido de 87.000 millones se suma al de 79.000 millones que el Congreso aprobó hace algunos meses, lo que arroja un total de 166.000 millones. Levin dijo que el nuevo pedido por 87.000 millones de dólares “es un trago amargo para el pueblo estadounidense”.
Dirigiéndose al subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, Levin le recordó: “Usted dijo al Congreso en marzo que 'estamos lidiando con un país que realmente puede financiar su propia reconstrucción y relativamente pronto'. ¡Vaya con los escenarios color de rosa!”. Wolfowitz replicó que antes de la guerra “nadie intentó pronosticar el futuro. Nadie dijo otra cosa que esto sería sangriento, que podría ser muy largo y por consecuencia muy costoso”.
Wolfowitz y el General Richard Myers, titular de la junta del Estado Mayor conjunto, y otros funcionarios comparecieron dos días después de que el presidente Bush anunció que pedirá los 87.000 millones de dólares para Irak y Afganistán. El mandatario dijo que el dinero se necesita para contener a los terroristas antes de que vuelvan a atacar en EEUU. El subsecretario de Defensa dijo a los senadores que se necesitan los fondos para entrenar fuerzas internacionales para combatir junto a los soldados estadounidenses, y para dar a éstos el dinero necesario para ganar la guerra.
En una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado, el demócrata de mayor rango en el comité, senador Carl Levin, observó que el Gobierno había rechazado los cálculos previos a la invasión de que el conflicto costaría de 100 mil a 200 mil millones de dólares. El nuevo pedido de 87.000 millones se suma al de 79.000 millones que el Congreso aprobó hace algunos meses, lo que arroja un total de 166.000 millones. Levin dijo que el nuevo pedido por 87.000 millones de dólares “es un trago amargo para el pueblo estadounidense”.
Dirigiéndose al subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, Levin le recordó: “Usted dijo al Congreso en marzo que 'estamos lidiando con un país que realmente puede financiar su propia reconstrucción y relativamente pronto'. ¡Vaya con los escenarios color de rosa!”. Wolfowitz replicó que antes de la guerra “nadie intentó pronosticar el futuro. Nadie dijo otra cosa que esto sería sangriento, que podría ser muy largo y por consecuencia muy costoso”.
Wolfowitz y el General Richard Myers, titular de la junta del Estado Mayor conjunto, y otros funcionarios comparecieron dos días después de que el presidente Bush anunció que pedirá los 87.000 millones de dólares para Irak y Afganistán. El mandatario dijo que el dinero se necesita para contener a los terroristas antes de que vuelvan a atacar en EEUU. El subsecretario de Defensa dijo a los senadores que se necesitan los fondos para entrenar fuerzas internacionales para combatir junto a los soldados estadounidenses, y para dar a éstos el dinero necesario para ganar la guerra.