LD (Agencias) En una audiencia ante un subcomité de la Cámara de Representantes de EEUU, Cofer Black aceptó que la eliminación de Al-Qaeda está lejos de producirse en un futuro próximo. La organización, recalcó, "está herida de gravedad y se ha visto obligada a evolucionar para sobrevivir". Por ello, explicó que "se ha convertido en una organización muy descentralizada".
Black destacó que desde los atentados terroristas del 11-S en Nueva York y Washington, "el 70 por ciento de los dirigentes de Al-Qaeda y más de 3.400 miembros o cómplices de esta red han sido arrestados o muertos en un centenar de países". Black dijo: "Nos hemos lanzado a un camino largo y difícil, del que acabaremos viendo el fin" . Para ello es imperativo que EEUU y sus aliados no den muestra de debilidad ante "los enemigos y amigos del terror".
Para Cofer Black, está claro que las democracias del mundo se encuentran inmersas en una guerra contra la red terrorista que dirige Osama ben Laden. En ese sentido, lamentó no poder anunciar "la buena noticia de que el final (de esta guerra) llegará rápidamente".
El funcionario estadounidense advirtió además de que Al-Qaeda utilizará armas de destrucción masiva si consigue conseguirlas. Y que, a pesar de los miles de millones invertidos por Washington para mejorar la seguridad de sus fronteras, "es altamente posible que algunos de ellos (de los terroristas) consigan pasar" al interior del país. No obstante, anunció que las capacidades de la red habían sido debilitadas y que no sería fácil para los terroristas atacar de nuevo EEUU.