LD (Agencias) El presidente de EEUU, George Bush, denunció desde Seattle, estado de Washington, que los atentados registrados en los últimos días han sido obra de simpatizantes del derrocado régimen del gobernante Sadam Husein. Sin embargo, agregó, “también creo que hay elementos extranjeros infiltrándose en Irak”. Bush habló con los periodistas tras el atentado del pasado martes contra la sede de la ONU en Bagdad. “Irak está resultando ser una batalla continua en la guerra contra el terrorismo”, afirmó Bush, quien insistió en que su país no se dejará presionar por episodios de violencia y prometió que “permaneceremos todo lo que haga falta”.
El mandatario anunció el primero de mayo que los combates de mayor importancia en Irak habían concluido y que los 146.000 soldados estadounidenses se disponían a iniciar las tareas de reconstrucción del país. Hace un mes, aseguró que “las condiciones en Irak son cada vez más pacíficas”. Pero, desde el final de la guerra más de sesenta soldados estadounidenses han muerto en emboscadas tendidas por elementos de la resistencia iraquí contra la ocupación militar que ahora contaría con los elementos extranjeros denunciados por Bush.
Para acabar con los ataques, el Gobierno de EEUU ha comenzado intensas gestiones diplomáticas para que los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU respalden una resolución que otorgue más responsabilidades a las Naciones Unidas en la reconstrucción iraquí. Esa resolución permitiría la participación militar de países como la India o Pakistán, que habían expresado su deseo de enviar soldados pero bajo el mandato de Naciones Unideas. “Habrá más tropas extranjeras en Irak”, prometió el presidente Bush. Sin embargo, esa seguridad choca con el resentimiento que existe en el Consejo de Seguridad por la decisión anglo-estadounidense de lanzar la ocupación militar de Irak en marzo de este año sin el consentimiento del organismo. Por otra parte, fuentes diplomáticas indicaron que en caso de producirse una contribución de soldados, algunos países plantearían la exigencia de participar en las decisiones.
El mandatario anunció el primero de mayo que los combates de mayor importancia en Irak habían concluido y que los 146.000 soldados estadounidenses se disponían a iniciar las tareas de reconstrucción del país. Hace un mes, aseguró que “las condiciones en Irak son cada vez más pacíficas”. Pero, desde el final de la guerra más de sesenta soldados estadounidenses han muerto en emboscadas tendidas por elementos de la resistencia iraquí contra la ocupación militar que ahora contaría con los elementos extranjeros denunciados por Bush.
Para acabar con los ataques, el Gobierno de EEUU ha comenzado intensas gestiones diplomáticas para que los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU respalden una resolución que otorgue más responsabilidades a las Naciones Unidas en la reconstrucción iraquí. Esa resolución permitiría la participación militar de países como la India o Pakistán, que habían expresado su deseo de enviar soldados pero bajo el mandato de Naciones Unideas. “Habrá más tropas extranjeras en Irak”, prometió el presidente Bush. Sin embargo, esa seguridad choca con el resentimiento que existe en el Consejo de Seguridad por la decisión anglo-estadounidense de lanzar la ocupación militar de Irak en marzo de este año sin el consentimiento del organismo. Por otra parte, fuentes diplomáticas indicaron que en caso de producirse una contribución de soldados, algunos países plantearían la exigencia de participar en las decisiones.