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Dos personas más se queman a lo bonzo en Marruecos: "Basta de humillación"

Marruecos amanece cada día más tensionado. La desesperación ha llevado a otras dos personas a quemarse a lo bonzo, una de ellas ha muerto.

Marruecos amanece cada día más tensionado. La desesperación ha llevado a otras dos personas a quemarse a lo bonzo, una de ellas ha muerto.

El bidón de gasolina y el fuego se está convirtiendo en una válvula de escape cada vez más frecuente para muchos marroquíes desesperados. Quizás esperando una repercusión similar a la que tuvo el suicidio del tendero egipcio Mohamed Bouazizi, en el reino alauí ya son muchos los casos de suicidios a lo bonzo ocurridos durante las últimas semanas.

El último se produjo este mismo martes, en la pequeña ciudad de Tan Tan. El joven El Housein Ould Sueyeh acudió al gobernador civil, para plantearle su asfixiante situación: parado y sin la paga que percibía, se encontraba desesperado. Según han relatado fuentes familiares a LD, las fuerzas auxiliares le impidieron el paso, llegando a humillarlo gravemente. Su entorno señala a uno de los jlifa –cargo del gobierno civil- como principal perpetrador de la agresión que sufrió El Housein.

Humillado, y sin ver otra salida posible, se hizo con un bidón de gasolina de cinco litros, y volvió a las puertas del edificio oficial para inmolarse. "Si esta es la única manera" dijo, antes, de prenderse fuego.

La familia, además, denuncia el trato recibido tras la inmolación. A sólo cincuenta metros del lugar en el que el joven trató de quitarse la vida, está el hospital de la ciudad, que no pudo atenderle por "escasez de medios". La familia considera "indignante" la falta de medios de un "gobierno civil que está recibiendo fondos y más fondos" aseguran, "para que veamos la cantidad de fondos que reciben los hospitales del Sáhara marroquí", denuncian.

Finalmente fue traladado a un centro de Gulaimim, y de allí a Agadir. Hasta el momento, el joven no había recuperado la consciencia, y se encontraba en estado muy grave. Por ello, ha sido trasladado de nuevo a un hospital de Casablanca, en el que aún lucha por permanecer con vida.

El caso de Fadua

Apenas un día antes, otra joven escogió idéntica vía, al verse acorralada por sus trágicas circunstancias. Esta vez, se produjo en la ciudad marroquí de Suk Sebt, según ha confirmado a LD fuentes de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos.

Esta mujer, madre de dos niños, se encontraba desesperada por encontrar un lugar donde cobijar a su familia. El Gobierno le denegó una vivienda de protección social, lo que acabó de "humillarla", según relatan.

Durante la tarde, acudió al centro de Suk Sebt, y se prendió fuego. Aunque fue trasladada a un hospital de Casablanca, Fadua no lo consiguió. Murió al día siguiente.

Los suicidios a lo bonzo se han convertido en una constante en la oleada de cambios que está afectando a los países islámicos. Tras el de Bouazizi en Egipto, muchos han intentado acabar con su vida de este trágico modo. Sólo en Marruecos, cuarenta profesores se rociaron con gasolina, y otro joven parado se inmoló la semana pasada.

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