L D (EFE) Según el capitán Shoun Kelly, del Segundo Regimiento de Caballería blindada, un hombre que conducía un coche cargado con explosivos intentó entrar en el complejo que la ONU ocupa en el Hotel Canal y que alberga a casi todas las agencias dependientes del organismo internacional. "Al ver que no podía entrar (en el complejo), cambió su objetivo contra los civiles", explicó el capitán. "Parece que la explosión se produjo mientras estaban registrando su coche", añadió, y dijo que todo indicaba que él mismo había accionado el dispositivo para hacer estallar el artefacto.
En aquel momento, no había personal trabajando en la sede de la ONU, por lo que nadie del organismo internacional ha sufrido daños, y podría ser que el explosivo estuviera preparado para estallar más tarde, cuando comenzase la jornada laboral. El lugar fue inmediatamente acordonado por soldados estadounidenses, mientras los helicópteros militares sobrevolaban la zona. El 19 de agosto, el mismo Hotel Canal fue objeto de una tremenda explosión con un coche-bomba que ocasionó más de veinte muertos, entre ellos el enviado especial de la ONU para Irak, Sergio Vieira de Melo, y el capitán de navío español Manuel Martín Oar.
Martín Oar era el adjunto de Miguel Benzo, quien ejerce de enlace entre la ONU y la Autoridad Provisional presidida por el estadounidense Paul Bremer, máximo órgano de poder en Irak. Desde aquel atentado, la ONU redujo drásticamente su personal en Irak -que era de 600 personas, sin contar los contratados locales- y trasladó a su personal a vivir fuera del Hotel Canal. El capitán Kelly insistió en todo momento en que el autor del atentado de este lunes no había podido traspasar las barreras que protegen el complejo y en que los militares estadounidenses proporcionan suficiente seguridad al edificio de las Naciones Unidas.
El atentado se produce un día antes de que el presidente de EEUU, George W. Bush, se dirija a la Asamblea General de la ONU para supuestamente proponer un plan de refuerzo del papel del organismo internacional en el país. Aunque los atentados terroristas fueron numerosos y sangrientos durante el mes de agosto –no sólo contra la ONU, sino también la embajada de Jordania y el santuario del Imam Ali en Nayaf–, septiembre transcurre relativamente tranquilo, y los atentados han sido esporádicos y siempre contra los militares estadounidenses.
En aquel momento, no había personal trabajando en la sede de la ONU, por lo que nadie del organismo internacional ha sufrido daños, y podría ser que el explosivo estuviera preparado para estallar más tarde, cuando comenzase la jornada laboral. El lugar fue inmediatamente acordonado por soldados estadounidenses, mientras los helicópteros militares sobrevolaban la zona. El 19 de agosto, el mismo Hotel Canal fue objeto de una tremenda explosión con un coche-bomba que ocasionó más de veinte muertos, entre ellos el enviado especial de la ONU para Irak, Sergio Vieira de Melo, y el capitán de navío español Manuel Martín Oar.
Martín Oar era el adjunto de Miguel Benzo, quien ejerce de enlace entre la ONU y la Autoridad Provisional presidida por el estadounidense Paul Bremer, máximo órgano de poder en Irak. Desde aquel atentado, la ONU redujo drásticamente su personal en Irak -que era de 600 personas, sin contar los contratados locales- y trasladó a su personal a vivir fuera del Hotel Canal. El capitán Kelly insistió en todo momento en que el autor del atentado de este lunes no había podido traspasar las barreras que protegen el complejo y en que los militares estadounidenses proporcionan suficiente seguridad al edificio de las Naciones Unidas.
El atentado se produce un día antes de que el presidente de EEUU, George W. Bush, se dirija a la Asamblea General de la ONU para supuestamente proponer un plan de refuerzo del papel del organismo internacional en el país. Aunque los atentados terroristas fueron numerosos y sangrientos durante el mes de agosto –no sólo contra la ONU, sino también la embajada de Jordania y el santuario del Imam Ali en Nayaf–, septiembre transcurre relativamente tranquilo, y los atentados han sido esporádicos y siempre contra los militares estadounidenses.