LD (Agencias) La explosión se produjo minutos antes de las ocho de la maána hora local, en el exterior, cerca de la puerta principal, del edificio Crown Plaza, ubicado en la avenida que conduce al aeropuerto de Karachi. La onda expansiva destrozó los cristales de los doce pisos de la torre de oficinas. La Policía, que confirmó que la explosión se debió a una bomba, indicó que el edificio se encontraba casi vacío en el momento de la explosión y que, de los dos fallecidos, uno era un guarda de seguridad y el otro un civil.
El viernes, día sagrado de los musulmanes, la mayoría de las oficinas cierran sus puertas en Pakistán, lo que unido a lo temprano de la hora en que se produjo la explosión evitó que se produjera un mayor número de víctimas. Hasta el momento, no se ha informado de que ningún grupo haya asumido la responsabilidad de la colocación de esta bomba en Karachi, la mayor ciudad de Pakistán y que en los últimos años se ha convertido en el principal foco de violencia político-religiosa del país.
Los atentados dirigidos contra las comunidades musulmana chiíta y cristina y contra extranjeros occidentales han sido frecuentes en Karachi en los últimos años y se han atribuido, en su mayoría, a grupos terroristas integristas islámicos suníes. Esta explosión se produce una semana después de que tres terroristas suicidas atacaran una mezquita chiíta de la ciudad de Quetta, en el oeste de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán, donde resultaron muertas 53 personas en uno de los atentados más sangrientos registrados en los últimos años en Pakistán.
El viernes, día sagrado de los musulmanes, la mayoría de las oficinas cierran sus puertas en Pakistán, lo que unido a lo temprano de la hora en que se produjo la explosión evitó que se produjera un mayor número de víctimas. Hasta el momento, no se ha informado de que ningún grupo haya asumido la responsabilidad de la colocación de esta bomba en Karachi, la mayor ciudad de Pakistán y que en los últimos años se ha convertido en el principal foco de violencia político-religiosa del país.
Los atentados dirigidos contra las comunidades musulmana chiíta y cristina y contra extranjeros occidentales han sido frecuentes en Karachi en los últimos años y se han atribuido, en su mayoría, a grupos terroristas integristas islámicos suníes. Esta explosión se produce una semana después de que tres terroristas suicidas atacaran una mezquita chiíta de la ciudad de Quetta, en el oeste de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán, donde resultaron muertas 53 personas en uno de los atentados más sangrientos registrados en los últimos años en Pakistán.