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Dos días de manifestaciones en Yemen contra el incremento de los combustibles se saldan con 37 muertos

Yemen ha amanecido en calma tras dos días de violentas manifestaciones en protesta por los incrementos en el precio de los combustibles. La represión de la Policía ha dejado 37 personas muertas y otras cincuenta heridas. En las calles, decenas de vehículos blindados del Ejército mantienen tareas de vigilancia. Las autoridades afirman que el aumento no tendrá un impacto negativo entre los ciudadanos.

LD (EFE) Saná, la capital deYemen, permanece en calma después de dos días de violentas manifestaciones en protesta por la subida del precio de los combustibles, que han dejado al menos 37 muertos. Testigos presenciales aseguraron que los carros de combate del Ejército aún permanecen destacados alrededor de los edificios oficiales, y las fuerzas de seguridad protegen las residencias de destacados miembros del Gobierno.
 
Según los medios de comunicación locales, las autoridades de ese país han afirmado que mantendrán la subida del precio del combustible a pesar de las violentas protestas que comenzaron el pasado miércoles en la capital, Saná, y se extendieron a otras ciudades del país.
 
Al menos doce personas murieron y varias decenas resultaron heridas este jueves, en el segundo día de manifestaciones, de acuerdo con fuentes yemeníes y televisiones árabes. El miércoles, las protestas en diferentes ciudades del país dejaron 25 muertos y 60 heridos, algunos de ellos policías.
 
El Gobierno yemení anunció el martes una subida en los precios de los combustibles de hasta el 260 por ciento como parte de un programa de reestructuración acordado con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El ministro yemení de Servicio Civil, Hamud Khalid al Soufi, ha negado que el aumento del combustible vaya a tener un impacto negativo para los ciudadanos, y afirmó que "los ingresos por esta subida han sido destinados a aumentar los sueldos y los servicios de la seguridad social".
 
La noticia provocó un escándalo en el más pobre de la Península Arábiga. Miles de personas salieron a las calles donde quemaron autobuses, cortaron las calles con neumáticos en llamas y atacaron a las fuerzas policiales con piedras, mientras que éstas respondieron con gases lacrimógenos y disparos.

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