(Libertad Digital) Desde 2003, sin embargo, los sabotajes de actos del PP, incluso las agresiones físicas a sus afiliados, son algo habitual en determinadas regiones españolas. El 13 de mayo de 2003, José María Aznar tuvo que interrumpir un mitin en Oviedo por el boicot de un pequeño grupo que le gritaba "asesino". El ex presidente se sentó en un estribo del escenario y, simplemente, esperó a que cesaran los gritos.
La comparación entre el llamado "talante" del PSOE ante la crítica y la actuación del PP, que soporta algo más que críticas en muchos de sus eventos, desde 2003, es relevante tras el desalojo violento y retención en una Comisaría de Policía, de Alberto Negrín, un tinerfeño que asistió este sábado al mitin de José Luis Rodríguez Zapatero y le criticó en voz alta cuando el presidente reconoció como "caladeros marroquíes" las aguas del banco pesquero canario-sahariano.
El 13 de mayo de 2003, en plena campaña hacia las Elecciones Autonómicas y Locales, el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, tuvo que interrumpir un mitin en Oviedo, para más de 6.000 personas, ante el sabotaje de un grupo de alborotadores que le llamaba "asesino" por la Guerra de Irak.
El mitin tuvo que interrumpirse en cuatro ocasiones debido a las protestas de varios grupos de jóvenes que criticaban la política del Gobierno en la guerra de Irak.
El jefe del Ejecutivo intentó evitar conatos de agresión pidiendo a los presentes en el acto que dejaran salir tranquilos a quienes protagonizaron los incidentes con pancartas de "No a la Guerra" y "Asesinos".
Mientras eran desalojados, y entre gritos de "Presidente", se sentó a los pies del escenario y también aprovechó para saludar a los militantes ubicados en las sillas más cercanas a él.
Aznar se dirigió a los que expresaron sus protestas, que obligaron a parar el mitin durante casi diez minutos, para señalar que no se dan cuenta de que la democracia consiste en respetar a los demás y "no les vendría mal ajustarse a las reglas".
"Algunos hacen estas cosas e intentan sacarnos del mapa porque les vamos a ganar estas elecciones y las siguientes y eso les sienta mal a ellos, pero a España, a Asturias y a Oviedo les sienta bien", agregó Aznar, quien dijo que lo único que consiguieron con sus protestas es que él se quedara más tiempo en Asturias, "hacer un rato el ridículo" y "hacerse unas fotos".
Una vez recobrada la calma, y con un "¡vamos allá!", el presidente retomó su discurso.