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DISCURSO ÍNTEGRO DE AZNAR

Por su interés informativo reproducimos íntegro el discurso de José María Aznar en la presentación en París del informe de FAES: Europa: propuestas de libertad.

Muchas gracias querido Xavier por tus amables palabras. Y gracias también por acogerme aquí en la sede de este gran partido que es la UMP. Me alegra mucho estar hoy aquí en París para presentarles a todos ustedes el nuevo informe que la Fundación FAES ha elaborado. Este es el cuarto de una serie de informes estratégicos, que versan sobre Occidente y sobre las políticas basadas en la libertad en las que creemos.

Tras analizar la situación de América Latina y hacer propuestas para impulsar en esa región una agenda de libertad, tras defender una reforma de la OTAN que la convierta en una alianza de democracias más allá del Atlántico, y proponer un Área Atlántica de Prosperidad económica entre Europa y Estados Unidos abierta al resto del mundo, era hora de pensar en Europa, de analizar y proponer ideas políticas para mejorar este gran proyecto común. Durante más de un año hemos consultado a expertos, políticos, académicos, economistas… que han aportado su visión y sus propuestas para un mejor futuro para Europa. Todas estas opiniones han servido como base para alumbrar este documento. Pero la responsabilidad final es exclusiva de FAES.

            Queridos amigos,

Estamos aquí para hablar de Europa. Una Europa de la que todos nos sentimos parte, y cuyo futuro nos afecta a todos. Es una Europa de la que nos sentimos responsables, una Europa que nos preocupa y a veces incluso nos inquieta, pero de la que  estamos orgullosos por sus logros y su historia de éxitos. Porque Europa ha sido un éxito, claro que sí. Y lo hay que intentar es que lo siga siendo, porque sino perderá su sentido de existencia. Durante más de 50 años, aquel sueño imaginado por Schuman o Monet se ha convertido en una formidable realidad. Una realidad que ha traído libertad, democracia, prosperidad, influencia, paz y bienestar a sus miembros, que somos nosotros, los europeos.

Convencidos de la importancia de la realidad europea, convencidos de su conveniencia y sus logros, no queremos verla naufragar, desviada de su rumbo, perdida en aguas de estériles debates. Quienes nos preocupamos por el futuro de Europa debemos contribuir a que salga de su atasco; ayudarla a que renueve sus fuerzas, aclare sus ideas, se fije unos objetivos claros y reales, y ponga en práctica las medidas necesarias para recuperar el dinamismo perdido. Y quiero decir que, para mí, ese mejor futuro para Europa no es una Europa centralizada de corte federal. Esas corrientes que tratan hoy de construir una Europa que no respeta la Historia de cada nación están condenadas al fracaso.

Europa es una realidad basada en diferentes naciones, consolidadas por la Historia y es esto lo que le otorga su fuerza y potencia. Y así debe seguir siendo. También hay quien se empeña en convertir a Europa en una gran burocracia, atrapada en debates institucionales que parecen no terminar nunca. El pasado viernes fue un día importante para Europa. La decisión de los irlandeses debe poner un punto y final al impasse institucional en el que Europa lleva inmersa demasiado tiempo para dejar paso a lo importante: a ocuparnos de las cosas. Lo que pretende el informe de FAES es aportar ideas y propuestas políticas para mejorar la realidad en Europa. Propuestas basadas en principios sólidos que son los que cimentaron el éxito de Europa en el pasado. Tratamos unos cuantos asuntos que consideramos básicos. Educación, energía, la necesaria reforma del Estado del Bienestar, la política exterior y de defensa, y, sobre todo, la economía.

            Queridos amigos,

Un asunto central en el mundo es hoy la economía: la crisis económica y cómo hacerle frente. Hoy estamos sufriendo momentos de crisis financiera y económica mundial, pero además,  desde hace años Europa no ha crecido con la misma potencia que nuestros amigos americanos, ni la productividad en Europa puede ser comparada con la de las economías más pujantes. Europa lleva tiempo ensimismada, gastando lo mejor de sus energías en debates institucionales en lugar de  poner en marcha reformas que impulsen una economía dinámica, abierta, flexible y libre.

Creo en una Europa abierta al mundo, capaz de poner en marcha un importante programa de reformas. Una Europa capacitada y dispuesta a competir en la economía global. Los líderes europeos deben huir de lo fácil y emprender lo correcto. No sirve de nada pretender que súbitamente todos los males económicos se solucionarán volcando sobre ellos un camión de dinero de los ciudadanos. Algunos políticos piensan que la solución a esta crisis llegará de la mano del Estado en toda su majestad. Algunos quieren resucitar viejas políticas intervencionistas, proteccionistas y de gasto público ilimitado; políticas que jamás consiguieron hacer prosperar a las sociedades, sino todo lo contrario. Pero hubo otras políticas que sí lo consiguieron.

Y estas otras políticas son las que se basan en la libertad, la responsabilidad, la iniciativa privada y la capacidad emprendedora de las personas. Recordemos que siempre que la iniciativa privada ha sido promovida; siempre que los impuestos se han reducido; siempre que el proteccionismo y el intervencionismo han sido dejados de lado, las sociedades han prosperado enormemente. Siempre.

Este es el camino a seguir. El que nos sacará de la crisis económica. Y es el camino que ha elegido Alemania y que antes escogió Francia al elegir el proyecto reformista de la UMP que propugnaba Nicolas Sarkozy. Por esto es una magnífica noticia la victoria de Angela Merkel hace escasos días. Merkel, con su liderazgo de la CDU, ha conseguido revalidar la confianza de los alemanes. No olvidemos que la CDU forma parte de esa gran familia europea que es el Partido Popular Europeo, de la que también es miembro la UMP que nos acoge hoy en su sede, y el Partido Popular, en el que milito. Es un motivo adicional de alegría ver cómo esta familia de centro-derecha ha logrado la confianza mayoritaria en las recientes elecciones al Parlamento Europeo. Los europeos confían en nuestros principios y en nuestras propuestas para salir de la crisis.

Angela Merkel ya ha anunciado que bajará los impuestos, como, por cierto, ya hizo el gobierno francés hace unos meses. Es una medida acertada y necesaria para salir de la crisis. Supone proporcionar un alivio a las empresas y a las familias, que son las que crean la riqueza y el empleo. Hay quienes deberían tomar nota de las políticas que impulsan Angela Merkel y Nicolas  Sarkozy. En mi país algunos han conseguido que el paro se acerque al 20%; que diariamente 400 empresas tengan que echar el cierre; que dicen que quieren proteger a las rentas medias y bajas pero les suben los impuestos sesenta euros por familia al mes.

            Queridos amigos,

Me gustaría también hablarles de la dimensión internacional de Europa. El proceso de construcción europea no se desarrolla aislado en una burbuja, sino que tiene lugar en un mundo en el que cualquier acontecimiento repercute de inmediato en la otra punta del globo. En este mundo globalizado, es muy importante el papel de actor internacional que debe desempeñar Europa.

En mi opinión, la política exterior debe definir y defender unos intereses comunes y compartidos, que deben tener como base la libertad y la seguridad de los Estados miembros. Para conseguir esto, dos son las ideas que hay que tener claras. La primera es que la influencia que tendrá Europa en el mundo será proporcional al peso económico que alcance.

Europa será más influyente y tendrá más responsabilidad en el mundo en la medida en que su economía sea más importante y dinámica. Pero si continúa como va, si su economía languidece, el peso de Europa en el mundo se diluirá. La segunda idea es que debemos mantener y reforzar el vínculo atlántico.

La Europa que hoy conocemos, la Europa que venció a la tiranía comunista y que se reunificó en uno de los más impresionantes acontecimientos históricos de nuestra época, ha podido existir gracias al vínculo atlántico; gracias al apoyo de nuestros aliados americanos, garantía insustituible de nuestra libertad y nuestra seguridad.

La Alianza Atlántica es imprescindible en la defensa de nuestros valores y nuestro modo de vida occidental; lo fue frente al totalitarismo comunista que quiso destruirlo y lo es hoy frente a otras amenazas totalitarias.

No debemos bajar la guardia y pensar que la Alianza ya no es necesaria, porque sí lo es. Europa debe defender sin complejos los valores de libertad y democracia en los que cree, y la mejor manera de hacerlo es a través de la OTAN.

Yo creo en una alianza sólida entre ambas orillas del Atlántico. Creo que trabajar unidos es la mejor garantía de seguridad y de prosperidad para todos. Creo que juntos nuestra libertad está mejor garantizada.

En este sentido, la decisión del presidente Sarkozy de que Francia regrese plenamente a las estructuras de mando y operativas de la OTAN es una estupenda noticia, propia de un político responsable y con visión de futuro.

En un momento en que Irán sigue adelante con su programa nuclear, cuando los ayatolás se dedican a hacer pruebas de misiles que ya alcanzan Israel y se acercan peligrosamente al corazón de Europa,  no es momento de dar señales de debilidad ante estas provocaciones. Es el momento de reiterar con palabras y con hechos la solidaridad atlántica ante potenciales amenazas.

Queridos amigos,

Europa debe tomarse en serio la necesaria reforma del Estado del Bienestar. Europa es un continente con una demografía declinante. En 2004 había una persona inactiva por cada cuatro personas en edad de trabajar. Con las tendencias actuales, en 2050 habrá una persona inactiva por cada dos personas en edad de trabajar.

Esto inevitablemente producirá un aumento del gasto en salud y pensiones. Y todavía nadie sabe cómo las sociedades europeas van a hacer frente a estos mayores gastos con una menor población activa. Habrá que ampliar las posibilidades de vida laboral para aquellas personas que puedan y deseen seguir trabajando. También habrá que estimular la natalidad, incrementar la productividad y evitar los abusos en los sistemas de protección social.

Habrá que introducir criterios de mercado para que mejore la eficiencia en la prestación de los servicios sociales, como por ejemplo ya se ha hecho con éxito  en Suecia con la sanidad, la educación y el cuidado de los mayores. Otro fenómeno al que Europa no ha sabido dar todavía una respuesta satisfactoria es la inmigración. Europa necesita una política de inmigración basada en dos ideas muy claras: el cumplimiento de la legalidad y la igualdad ante la ley.

Las sociedades europeas se fortalecerán con la integración activa de los inmigrantes. Pero si no damos con una política de integración eficaz, tendremos serios problemas en unas sociedades europeas disgregadas.

Queridos amigos,

Estas son las reflexiones que quería compartir hoy con ustedes para invitarles a pensar en Europa, que es lo que pretende este informe Europa, propuestas de libertad. Robert Schuman decía que Europa tenía en sus manos su propio futuro. Esto es tan cierto hoy como hace 60 años. Ahora, como entonces, hace falta el impulso y el coraje de unos líderes que no se contenten con hacer lo fácil sino lo necesario para un futuro mejor.

Creo que éste es exactamente el espíritu que se necesita también hoy. Y confío en que lo logremos.

Muchas gracias.

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