LD (EFE) Dieciocho policías resultaron heridos tras ser blanco de ladrillos, botellas y bombas incendiarias lanzadas por unos setecientos jóvenes protestantes que mostraban su indignación porque, como todos los años, las autoridades impidieron que la Marcha de Orange recorriera barrios católicos. Según la Policía, anoche los manifestantes dispararon a los agentes, además de arrojarles bombas incendiarias en distintas zonas de la capital norirlandesa.
Informes oficiales indican que los actos de violencia empezaron en la calle Albertbridge, al este de Belfast, cuando los jóvenes arrojaron bombas incendiarias contra los agentes desplegados. Minutos antes, un pequeño artefacto explotaba ante la comisaría de New Barnsley, al oeste, causando daños menores.
En el sur de la capital del Ulster, un automóvil y una camioneta fueron incendiados. egún la policía, diez personas fueron detenidas en el este de Belfast por causar disturbios. En Bangor, al este de la provincia, dos hombres tomaron un autobús y secuestraron a los pasajeros antes de ordenarles bajar del vehículo y prenderle fuego.
Por su parte, el ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Hain, ha expresado su malestar por los actos violentos y afirmó que se intenta volver al pasado más oscuro del Uslter. "Fueron intentos serios de matar a la policía en algunos casos", declaró. Al mismo tiempo, el jefe de la Policía de la provincia, Hugh Orde, dijo que los grupos paramilitares protestantes Fuerza Voluntaria del Ulster (UVF) y la Asociación de Defensa del Ulster (UDA) han aprovechado la tensión y culpó a la Orden de Orange por la violencia.