LD (EFE) Al menos dieciocho civiles iraquíes murieron en una serie de ataques la pasada noche contra una central energética y una fábrica de ladrillos en Dahrauan, a unos veinte kilómetros al este de Bagdad, informaron fuentes del ministerio de Interior iraquí.
Según la fuente, entre cincuenta y sesenta terroristas atacaron la planta generadora de electricidad, la fábrica y varias viviendas de la localidad habitada por chiíes y suníes. En los ataques, que se prolongaron por varias horas, los criminales utilizaron armas ligeras y lanzagranadas (RPG) contra los civiles, que trataron de defenderse.
Bagdad sin automóviles
Este viernes, la capital iraquí amaneció en tranquilidad después de que las autoridades impusieron la prohibición de circulación de vehículos, en previsión de atentados con coche-bombas frente a las mezquitas suníes y chiíes. Las principales avenidas están totalmente vacías de autos, por lo que la gente se vio obligada a caminar para ir a los mercados, al tiempo que muchas tiendas aún no habían abierto sus puertas.
La prohibición de la circulación de vehículos se enmarca en un conjunto de medidas adoptadas últimamente por las autoridades en un intento de frenar la violencia desatada el veintidós de febrero tras el ataque que destruyó la cúpula de un importante santuario chií de Samarra, al norte de Bagdad. Desde entonces, la oleada de ataques y atentados en el país se ha cobrado la vida de más de 450 iraquíes en todo el país, aunque algunas fuentes cifran los muertos en más de mil.