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Desde la manifestación: Gritos de “asesino” contra Castro y demasiadas ausencias

Este sábado al menos trescientos exiliados cubanos residentes en Madrid se concentraron frente a la embajada castrista en España para denunciar los últimos crímenes del régimen comunista cubano. La protesta se realizó veinticuatro horas después de que Fidel Castro y sus cómplices asesinaran a tres ciudadanos que –sin causar daño alguno– robaron una pequeña embarcación con intención de llegar a Estados Unidos. Entre los asistentes no pudo verse a ningún político español.

L D (Víctor Llano) Los que se dieron cita frente al número 194 del Paseo de La Habana en Madrid portaban pancartas en las que calificaban a Castro y a sus cómplices de criminales y verdugos. La protesta fue autorizada antes de que se conocieran los últimos asesinatos del gobierno cubano. A pesar de que sólo asistieron trescientas personas, los exiliados cubanos aseguran que ha sido una de las concentraciones más numerosas que han podido celebrar en España.

Entre los asistentes se encontraba el escritor y periodista Carlos Alberto Montaner. El Presidente de Unión Liberal Cubana aseguró a Libertad Digital que en las instituciones españolas está creciendo el repudio al régimen de Fidel Castro. No obstante, Montaner lamentó la ausencia en la concentración de muchos políticos y artistas que con insistencia se han manifestado en contra de la intervención estadounidense en Irak.

Las víctimas de la tiranía cubana que residen en Madrid aseguraron que organizarán nuevos actos de protesta, y denunciaron la ausencia de José Luis Rodríguez Zapatero y de otros destacados líderes políticos españoles a los que parece resultar indiferente el sufrimiento que padecen los que han tenido la desgracia de nacer en Cuba en tiempos de Fidel Castro. Antes de la concentración la embajadora cubana ordenó bajar todas las persianas de la todavía sede diplomática de la isla cárcel en nuestro país. Si se encontraba dentro del edificio, no dio señales de vida. Pero es probable que haya sido invitada por su Comandante a presenciar los últimos fusilamientos. Tal vez no le queden deseos de regresar.

El número 194 del Paseo de La Habana en Madrid va a convertirse en lugar de encuentro de todos aquellos –cubanos y españoles- que no estén dispuestos a silenciar los crímenes de un loco asesino que quiere morir matando. Por primera vez en muchos años, las víctimas de Castro que han encontrado refugio en España, parecen dispuestas a olvidar sus diferencias y concentrar sus esfuerzos en denunciar la barbarie que sufren los que todavía no han podido escapar de la isla de las doscientas cárceles.

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