L D (EFE) Los terroristas, adscritos al salafismo (una de las corrientes más reaccionarias del islam), pretendían atentar contra la legación diplomática por medio de un coche-bomba cargado con 300 kilos de explosivo y conducido por un suicida.
Según declararon fuentes de la investigación a varios medios italianos, la intervención de los servicios secretos se produjo cuando la preparación del ataque estaba en fase "avanzada", puesto que los terroristas se habían hecho ya con un tercio de los explosivos. Las mismas fuentes aseguraron que el atentado contra la embajada de Italia iba a ser el primero de una serie contra objetivos occidentales, entre ellos la sede diplomática de EEUU.
Según declararon fuentes de la investigación a varios medios italianos, la intervención de los servicios secretos se produjo cuando la preparación del ataque estaba en fase "avanzada", puesto que los terroristas se habían hecho ya con un tercio de los explosivos. Las mismas fuentes aseguraron que el atentado contra la embajada de Italia iba a ser el primero de una serie contra objetivos occidentales, entre ellos la sede diplomática de EEUU.
Miqati y Abi Omar habían alquilado, con identidad falsa, varios apartamentos en la capital libanesa para tener una base operativa y estar cerca de las instalaciones que iban a ser atacadas.
El ministro italiano de Defensa, Antonio Martino, mostró su satisfacción por "la brillante operación”, y agradeció a los servicios de seguridad libaneses y sirios su colaboración con el SISMI.