LD (Agencias) Eric Laroche, coordinador humanitario de la ONU para Somalia, ha declarado que la "situación trágica" por la que atraviesa el país africano está provocando que miles de personas estén huyendo de Mogadiscio. Cerca de setenta personas han muerto en los últimos dos días en intensos enfrentamientos entre tropas regulares y miembros de la Unión de Tribunales Islámicos.
En un comunicado difundido desde Nairobi, Laroche dice que "Que se arrastren los cuerpos por las calles es de bárbaros y es una grave violación del Derecho Internacional Humanitario. Estos actos deben cesar inmediatamente". El miércoles pasado, los islamistas arrastraron por las calles los cadáveres de varios soldados, una escena que recordó a la que se produjo durante la intervención estadounidense en 1993, cuando un helicóptero "Black Hawk" de EEUU fue derribado y los marines estadounidenses fueron arrastrados por las avenidas de la capital somalí.
La ONU calcula que cerca de cuarenta mil personas han huido de Mogadiscio durante el mes de febrero debido a la violencia. Laroche pidió que se garantice el acceso a todos los desplazados para poder prestarles asistencia humanitaria. El pasado seis de marzo se desplegaron 1.500 soldados ugandeses, el primer destacamento de la misión que la Unión Africana (UA) pretende establecer para apoyar al Gobierno de transición, pero la violencia no ha cesado en la capital.
Fuera Al-Yazira
En tanto, la corresponsalía en Somalia de la cadena de televisión qatarí Al-Yazira ha recibido la orden del Gobierno de suspender sus actividades, según un documento recibido en su sede de Mogadiscio firmado por la Organización Nacional de Seguridad Somalí. El texto, indicaron fuentes de la emisora, no especifica las razones de la prohibición.
Esta es la segunda vez que las autoridades de Somalia actúan contra Al-Yazira. En enero pasado, el llamado "Gobierno provisional" ordenó el cierre de sus oficinas en Mogadiscio, así como el de otras tres cadenas de televisión, acusándolas de incitar a la violencia. Cuando la Unión de los Tribunales Islámicos –vinculados por EEUU a Al-Qaeda– tomó el poder, la cadena árabe volvió a emitir con libertad. Según muchos observadores, la televisora estaba tomando partido claramente por los islamistas en su lucha contra el Gobierno provisional que le acusó de "incitar los disturbios en el país mediante sus informaciones falsas y no contrastadas".