En una decisión que muchos han tomado como buena prueba del pánico que tiene a perder el poder en las próximas elecciones de noviembre, Daniel Ortega ha decidido impedir la entrada a Nicaragua de observadores internacionales que controlen el procesos electoral. En un discurso difundido durante dos horas por televisión, el sandinista dijo que "si quieren acompañarnos, que lo hagan, pero no queremos controladores", confirmando la posición del Consejo Supremo Electoral (CSE) que en 2010 eliminó la figura de los observadores, una medida claramente favorable a Ortega.
Sin embargo, no son pocos los partidos políticos que exigen que lleguen observadores para controlar posibles irregularidades tanto en la campaña como el día del proceso. El presidente agregó que "ya estamos grandecitos. No nos hace falta que venga a repetirse la historia de aquellas elecciones cuando Nicaragua estaba invadida (1912) y cuando las tropas yanquis vinieron a organizar el consejo electoral".
La oposición lo califica de dictador
La oposición ha tildado a Ortega de "dictador" por rechazar la presencia de observadores ante el "temor" a que se desarrolle un "electoral limpio, justo y transparente". En un comunicado, el opositor Partido Liberal Constitucionalista (PLC), liderado por el ex presidente Arnoldo Alemán (1997-2002), ha denunciado que el "dictador" Ortega "cerró toda posibilidad de permitir la observación electoral nacional e internacional en las elecciones nacionales de noviembre próximo evidenciando su temor a un proceso electoral limpio, justo y transparente".
La Constitución de Nicaragua prohíbe a Ortega -quien ya fue presidente entre 1985 y 1990- optar a otro mandato consecutivo, pero el año pasado tanto el Poder Judicial como el Electoral emitieron sentencias en las que daban el visto bueno a su candidatura, las cuales han sido calificadas de "ilegales" por la oposición.