LD (EFE) Un policía y su hermana, así como dos vigilantes murieron en una jornada en la que se ha registrado una veintena de ataques a tiros y con bombas de fabricación casera contra edificios públicos y privados de Sao Paulo. En la ola de violencia, cerca de doce autobuses fueron quemados por desconocidos en diferentes municipios del estado, en tanto que dos supermercados, una agencia bancaria y dos agencias de reventa de automóviles sufrieron daños materiales al ser atacadas con petardos.
Los nuevos actos violentos se registran exactamente dos meses después de que una mafia carcelaria ordenara cerca de trescientos atentados contra la policía, autobuses, instalaciones públicas y bancos, que en cinco días causaron la muerte a 41 policías y cuatro civiles. En la reacción a los entonces ataques de la organización criminal conocida como Primer Comando de la Capital (PCC), que generaron miedo y llegaron a paralizar la mayor ciudad brasileña, la policía mató a 79 presuntos delincuentes.
Lo Policía atribuyó los atentados de mayo a una reacción del PCC, una poderosa organización que es liderada desde las cárceles de Sao Paulo, contra el traslado de sus principales dirigentes a presidios de máxima seguridad.