LD (EFE) Las calles de las ciudades de Jartum, Port Sudán y Juba permanecen tomadas por unidades de la Policía y del Ejército de Sudán tras los violentos enfrentamientos entre habitantes del norte y sur. Los efectivos están apostados en los edificios públicos y aeropuertos. Cuarenta personas han muerto y 250 permanecen heridas después de que se conoció la muerte en un extraño accidente aéreo del ex líder rebelde sureño, John Garang.
La gravedad de la situación obligó al Gobernador de la capital a imponer un toque de queda desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana. Compañías aéreas extranjeras como la alemana "Lufthansa" y la egipcia "Egypt Air" decidieron incluso suspender sus vuelos a la capital sudanesa.
Poco después de confirmar el fallecimiento de Garang, 48 horas después de ser dado por desaparecido el helicóptero en el que viajaba desde Uganda a Sudán, el presidente sudanés, Omar Hasan al Bachir hizo un llamamiento a la calma. El mandatario quiso ser el primero en dar ejemplo y declaró que pese a la "trágica pérdida", mantenía intactos los acuerdos de paz que firmó el pasado año con el ex líder rebelde y ahora vicepresidente primero del país.