L D (EFE) Según ha dicho a este organismo el portavoz del Gobierno taiwanés, Lin Chia-lung, en caso de un ataque a las islas taiwanesas de Matsu, Kinmen o Penghu, ubicadas muy cerca de la costa china, apelarían a la comunidad internacional.
Esta interpelación parlamentaria muestra la creciente preocupación taiwanesa por lo que creen un deterioro del apoyo internacional a Taipei en caso de un enfrentamiento con China, debido al controvertido proyecto de referéndum que auspicia el presidente Chen Shui-bian, que quiere celebrar una consulta, al mismo tiempo que las elecciones presidenciales del 20 de marzo próximo, para destacar el rechazo taiwanés a la amenaza militar de China.
Sin embargo, Estados Unidos, Japón y otros países han expresado su rechazo a este referéndum, porque entrevén que, de algún modo, modificará la actual situación China-Taiwán. El régimen comunista de Pekín considera a Taiwán una provincia "rebelde" y ha asegurado, en innumerables ocasiones, que la reunificación es inevitable, aunque sea a la fuerza. Mientras, los taiwaneses se encuentran divididos entre los que se consideran ciudadanos de un Estado soberano y quieren continuar así, y los que creen en una gran China, pero bajo un régimen democrático y mercantilista.
El mismo representante taiwanés en Washington, Chen Chien-jen, reconoció esta semana ante los parlamentarios taiwaneses que existen fricciones con Estados Unidos por el asunto del referéndum. Observadores políticos en la isla aseguran que la política de Washington hacia Taiwán puede cambiar si se quiere alterar el actual "statu quo" en el estrecho de Formosa. Estados Unidos es el principal garante de la seguridad nacional de Taiwán, como lo demostró en 1996, cuando envió a su Sexta Flota a las cercanías de la isla para vigilar las maniobras militares con fuego real y misiles desarmados que organizó China.