L D (EFE) Corea del Sur ha celebrado este domingo el 50 aniversario de la firma del armisticio que puso fin a la guerra con Corea del Norte con una ceremonia a la que asistieron varias personalidades y veteranos procedentes de 21 países. El acto fue organizado por el Comando de las Naciones Unidas, organismo que firmó la tregua con el régimen comunista de Corea del Norte y con China tras la Guerra de Corea, que duró de 1950 a 1953. La ceremonia tuvo lugar en el mismo lugar donde se firmó el armisticio, la localidad fronteriza de Panmunjom, llamada zona desmilitarizada y vigilada por las Naciones Unidas.
Entre los asistentes a la ceremonia, que se inició con retraso debido al mal tiempo, destacaron personalidades como la primera ministra neozelandesa, Helen Clark, y el ex secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger. Ante 1.200 veteranos de diferentes países que participaron en los combates y que este domingo estuvieron presentes, el general de las Fuerzas de Reserva surcoreanas, Paek Sun Yeob, pronunció un discurso de agradecimiento y afirmó que por su "coraje y apoyo" Corea del Sur "pudo pasar de la ruina a ocupar el décimo segundo lugar en el comercio internacional". Tras la inauguración de un monumento conmemorativo, los asistentes desearon que se establezca una paz duradera en la península, que continúa en estado de guerra técnica al no haberse firmado aún un tratado de paz con el vecino régimen comunista.
Por otra parte, el ambiente festivo de la celebración surcoreana contrasta con la actitud norcoreana, que además de rechazar la invitación del Comando de la ONU a las ceremonias, las ha calificado como un intento de justificar la presencia de las tropas estadounidenses en la península. Así, Pyongyang considera la firma del armisticio como el día de su victoria y aprovechó el 50 aniversario para arengar a la población norcoreana contra Estados Unidos. Por su parte, este domingo el periódico oficial norcoreano "Rodong Sinmun" enfatiza la necesidad de reforzar la defensa y salvaguardar el país mediante la "lucha antiimperialista y antiamericana". La tensión con Washington tras la inclusión de Pyongyang en el llamado "eje del mal" del presidente George W. Bush y el reconocimiento norcoreano de su programa nuclear, han convertido el año del cincuenta aniversario en una temporada de hostilidades reanudadas.
Entre los asistentes a la ceremonia, que se inició con retraso debido al mal tiempo, destacaron personalidades como la primera ministra neozelandesa, Helen Clark, y el ex secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger. Ante 1.200 veteranos de diferentes países que participaron en los combates y que este domingo estuvieron presentes, el general de las Fuerzas de Reserva surcoreanas, Paek Sun Yeob, pronunció un discurso de agradecimiento y afirmó que por su "coraje y apoyo" Corea del Sur "pudo pasar de la ruina a ocupar el décimo segundo lugar en el comercio internacional". Tras la inauguración de un monumento conmemorativo, los asistentes desearon que se establezca una paz duradera en la península, que continúa en estado de guerra técnica al no haberse firmado aún un tratado de paz con el vecino régimen comunista.
Por otra parte, el ambiente festivo de la celebración surcoreana contrasta con la actitud norcoreana, que además de rechazar la invitación del Comando de la ONU a las ceremonias, las ha calificado como un intento de justificar la presencia de las tropas estadounidenses en la península. Así, Pyongyang considera la firma del armisticio como el día de su victoria y aprovechó el 50 aniversario para arengar a la población norcoreana contra Estados Unidos. Por su parte, este domingo el periódico oficial norcoreano "Rodong Sinmun" enfatiza la necesidad de reforzar la defensa y salvaguardar el país mediante la "lucha antiimperialista y antiamericana". La tensión con Washington tras la inclusión de Pyongyang en el llamado "eje del mal" del presidente George W. Bush y el reconocimiento norcoreano de su programa nuclear, han convertido el año del cincuenta aniversario en una temporada de hostilidades reanudadas.