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Corea del Norte y EEUU inician conversaciones en Pekín para solucionar la crisis nuclear

Representantes de EEUU, Corea del Norte y China comenzaron en Pekín una reunión a puerta cerrada" con el objetivo de desactivar la actual crisis nuclear en la península coreana y frenar los planes de Pyongyang destinados a fabricar bombas atómicas. La sesión inicial será áspera, dura y conflictiva por las posturas encontradas que mantienen Washington y Pyongyang.

LD (Agencias) Desde este lunes hasta el próximo viernes, las delegaciones de EEUU, Corea del Norte y China se reúnen en Pekín para tratar de encontrar una salida diplomática a la crisis nuclear desatada por la reactivación del programa nuclear de Pyongyang. La delegación estadounidense está encabezada por el subsecretario de Estado para Asia y el Pacífico, James Kelly; la norcoreana, por un expertos en relaciones con Washington, Li Gun, y la china, por la directora del Departamento Asia del ministerio de Relaciones Exteriores, Fu Ying. “Estaremos reunidos durante tres días, pero debido a lo delicado de la situación no se informará sobre el resultado de las conversaciones. China nos ha pedido que lo hagamos así para evitar cualquier tipo de especulación”, dijeron fuentes cercanas a las delegaciones.

James Kelly se negó a hablar con la prensa cuando salía del hotel en el que se hospeda para acudir a la reunión, que se espera sea áspera, dura y conflictiva, debido a las posiciones enfrentadas de EEUU y Corea. En Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, manifestó unas horas antes que “el objetivo de estas conversaciones es verificar por todos los medios la actual situación (nuclear) en Corea y dar marcha atrás a su programa nuclear. Estoy seguro de que Corea del Norte nos explicará su posición”. Li Gun, que repetirá con insistencia las instrucciones “estrambóticas” del líder norcoreano Kim Jong Il, y se sentará en el mesa de conversaciones con Kelly, político visto con desconfianza por Pyongyang, y con el mediador chino Fu Ying, director del Departamento de Asuntos Asiáticos del Ministerio de Exteriores.

La reunión pone fin a varios meses de “congelación del diálogo” entre EEUU y Corea del Norte. Kim Jong Il ha rechazado don dureza la política de “cowboy” del presidente estadounidense, George Bush, que sin medir el alcance de su estrategia en Asia, señalan los analistas, ha utilizado una diplomacia torpe en esta parte de mundo incluyendo en “El Eje del mal” a Corea del Norte, junto con Irak e Irán.

La actual crisis nuclear se originó a finales del año pasado cuando EEUU acusó a Corea del Norte de haber anulado unilateralmente unos acuerdos firmados en 1994 que estaban destinados a frenar los proyectos nucleares del país asiático. A partir de ese momento, Pyongyang reaccionó con ira y dijo que se ha visto obligado a reactivar sus reactores nucleares para fabricar energía, ya que Washington no cumple con sus compromisos, sobre todo con los relacionados con el suministro de combustible al régimen de Kim Jong Il. A medida que el pulso entre los dos países se hacía más tenso y se empezaba a respirar un ambiente prebélico en la península coreana, Kim Jong Il expulsó de suelo norcoreano a los inspectores internacionales de armamento atómico y anunció por medio de su embajada en Pekín que Corea está preparada para una guerra nuclear.

El 10 de enero de 2003, el régimen estalista de Pyongyang anunció su retirada del Tratado de No Proliferación (TNP) de armas nucleares y Washington detectó "movimientos" en la central norcoreana de Bonyiong, donde al parecer se están reprocesando barras de plutonio. Si esa información es cierta, Pyongyang podría tener en un plazo de un año entre seis y nueve bombas atómicas. Se cree que en la actualidad dispone de una o dos, según analistas militares estadounidenses. Tanto China como Rusia, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, desean una península coreana libre de armas nucleares.

Corea del Norte quiere que EEUU retire de la parte sur de la frontera intercoreana a los 37.000 soldados que tiene apostados, lo que considera una amenaza para la supervivencia del régimen. Pyongyang desea asimismo la firma de un tratado con Washington, lo que no está dispuesto a hacer la Casa Blanca mientras que ese país siga siendo una amenaza nuclear en esta parte del mundo, especialmente para sus vecinos Corea del Sur y Japón.

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