L D (EFE) "Las autoridades norcoreanas han acordado tomar parte a principios de 2004 en las negociaciones a seis bandas para la solución de la crisis nuclear en la Península Coreana", afirmó Wang, que regresó de una visita de dos días a Corea del Norte.
Wang se reunió en Pyongyang con su homólogo Kim Kye Gwan, con el que coincidió en que "el segundo encuentro multilateral en Pekín es vital para el futuro de la Península Coreana". Con todo, el representante de la diplomacia china no llegó a especificar fechas, ya que "este punto debe ser acordado entre las seis partes", que incluyen a China, Estados Unidos, ambas Coreas, Rusia y Japón. Pekín confiaba en acoger las negociaciones a mediados de diciembre, pero Pyongyang rechazó el plan presentado por Washington, ya que no contemplaba su exclusión del eje del mal y la reanudación del suministro de energía y ayuda humanitaria.
Según Wang, Pyongyang desea suspender su programa nuclear, pero sus exigencias de seguridad deben ser escuchadas, por lo que las "negociaciones deben tener lugar en pie de igualdad". El Gobierno chino ha exhortado a ambas partes a mostrar un mayor "pragmatismo y flexibilidad", ya que un enquistamiento del conflicto podría llevar a un callejón sin salida al régimen norcoreano, muy necesitado de ayuda económica exterior. La primera ronda de negociaciones multipartitas, que se celebró en Pekín en agosto pasado, concluyó en sonoro fracaso debido a la negativa norcoreana a congelar su programa nuclear y la estadounidense a ofrecer garantías de seguridad por escrito.
La decisión de Libia de renunciar a la posesión y fabricación de armas de destrucción masiva no ha provocado, a simple vista, mayores cambios en la postura de la administración Bush, que sigue viendo en Pyongyang al último régimen estalinista. La actual crisis nuclear estalló hace un año cuando las autoridades de Corea del Norte reconocieron a funcionarios estadounidenses la existencia de un programa nuclear secreto, en violación del Acuerdo Marco suscrito por ambos países en 1994.
Wang se reunió en Pyongyang con su homólogo Kim Kye Gwan, con el que coincidió en que "el segundo encuentro multilateral en Pekín es vital para el futuro de la Península Coreana". Con todo, el representante de la diplomacia china no llegó a especificar fechas, ya que "este punto debe ser acordado entre las seis partes", que incluyen a China, Estados Unidos, ambas Coreas, Rusia y Japón. Pekín confiaba en acoger las negociaciones a mediados de diciembre, pero Pyongyang rechazó el plan presentado por Washington, ya que no contemplaba su exclusión del eje del mal y la reanudación del suministro de energía y ayuda humanitaria.
Según Wang, Pyongyang desea suspender su programa nuclear, pero sus exigencias de seguridad deben ser escuchadas, por lo que las "negociaciones deben tener lugar en pie de igualdad". El Gobierno chino ha exhortado a ambas partes a mostrar un mayor "pragmatismo y flexibilidad", ya que un enquistamiento del conflicto podría llevar a un callejón sin salida al régimen norcoreano, muy necesitado de ayuda económica exterior. La primera ronda de negociaciones multipartitas, que se celebró en Pekín en agosto pasado, concluyó en sonoro fracaso debido a la negativa norcoreana a congelar su programa nuclear y la estadounidense a ofrecer garantías de seguridad por escrito.
La decisión de Libia de renunciar a la posesión y fabricación de armas de destrucción masiva no ha provocado, a simple vista, mayores cambios en la postura de la administración Bush, que sigue viendo en Pyongyang al último régimen estalinista. La actual crisis nuclear estalló hace un año cuando las autoridades de Corea del Norte reconocieron a funcionarios estadounidenses la existencia de un programa nuclear secreto, en violación del Acuerdo Marco suscrito por ambos países en 1994.