LD (Agencias) Kim Myong Chol, supuesto director del Centro por la Paz coreano-estadounidense, ha declarado a la cadena de televisión australiana Channel Nine , que el régimen de Corea del Norte tiene entre cien y trescientas ojivas nucleares apuntando hacia diversas ciudades de la costa oeste de EEUU. Explicó que la tecnología nuclear empleada en la producción de esas ojivas había sido probada en Pakistán, y que las armas fueron fabricadas después de que Corea del Norte firmara el acuerdo de no proliferación de armas.
La actual crisis nuclear se originó a finales del año pasado cuando EEUU acusó a Corea del Norte de haber anulado unilateralmente unos acuerdos firmados en 1994 que estaban destinados a frenar los proyectos nucleares del país asiático. A partir de ese momento, Pyongyang reaccionó con ira y dijo que se ha visto obligado a reactivar sus reactores nucleares para fabricar energía, ya que Washington no cumple con sus compromisos, sobre todo con los relacionados con el suministro de combustible al régimen de Kim Jong Il. A medida que el pulso entre los dos países se hacía más tenso y se empezaba a respirar un ambiente prebélico en la península coreana, Kim Jong Il expulsó de suelo norcoreano a los inspectores internacionales de armamento atómico y anunció por medio de su embajada en Pekín que Corea está preparada para una guerra nuclear.
El 10 de enero de 2003, el régimen estalista de Pyongyang anunció su retirada del Tratado de No Proliferación (TNP) de armas nucleares y Washington detectó "movimientos" en la central norcoreana de Bonyiong, donde al parecer se están reprocesando barras de plutonio. Si esa información es cierta, Pyongyang podría tener en un plazo de un año entre seis y nueve bombas atómicas. Se cree que en la actualidad dispone de una o dos, según analistas militares estadounidenses. Tanto China como Rusia, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, desean una península coreana libre de armas nucleares.
Corea del Norte quiere que EEUU retire de la parte sur de la frontera intercoreana a los 37.000 soldados que tiene apostados, lo que considera una amenaza para la supervivencia del régimen. Pyongyang desea asimismo la firma de un tratado con Washington, lo que no está dispuesto a hacer la Casa Blanca mientras que ese país siga siendo una amenaza nuclear en esta parte del mundo, especialmente para sus vecinos Corea del Sur y Japón.
La actual crisis nuclear se originó a finales del año pasado cuando EEUU acusó a Corea del Norte de haber anulado unilateralmente unos acuerdos firmados en 1994 que estaban destinados a frenar los proyectos nucleares del país asiático. A partir de ese momento, Pyongyang reaccionó con ira y dijo que se ha visto obligado a reactivar sus reactores nucleares para fabricar energía, ya que Washington no cumple con sus compromisos, sobre todo con los relacionados con el suministro de combustible al régimen de Kim Jong Il. A medida que el pulso entre los dos países se hacía más tenso y se empezaba a respirar un ambiente prebélico en la península coreana, Kim Jong Il expulsó de suelo norcoreano a los inspectores internacionales de armamento atómico y anunció por medio de su embajada en Pekín que Corea está preparada para una guerra nuclear.
El 10 de enero de 2003, el régimen estalista de Pyongyang anunció su retirada del Tratado de No Proliferación (TNP) de armas nucleares y Washington detectó "movimientos" en la central norcoreana de Bonyiong, donde al parecer se están reprocesando barras de plutonio. Si esa información es cierta, Pyongyang podría tener en un plazo de un año entre seis y nueve bombas atómicas. Se cree que en la actualidad dispone de una o dos, según analistas militares estadounidenses. Tanto China como Rusia, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, desean una península coreana libre de armas nucleares.
Corea del Norte quiere que EEUU retire de la parte sur de la frontera intercoreana a los 37.000 soldados que tiene apostados, lo que considera una amenaza para la supervivencia del régimen. Pyongyang desea asimismo la firma de un tratado con Washington, lo que no está dispuesto a hacer la Casa Blanca mientras que ese país siga siendo una amenaza nuclear en esta parte del mundo, especialmente para sus vecinos Corea del Sur y Japón.