LD (Beatriz Mesa) Conmoción e indignación en el Sindicato Nacional de Prensa Marroquí después de conocer la condena de siete meses de prisión firme contra el periodista del Semanario marroquí Al-Watan Al-An y cinco meses de cárcel con pena de suspenso contra el director de la publicación, Abderrahim Ahriri. Ambos periodistas han sido procesados, según el Código Penal, por rebelar información confidencial relacionada con la lucha antiterrorista.
Esa actuación judicial, que el presidente del SNPM, Jounes Mouhaid, ha calificado de aberrante, demuestra además la falta de independencia de los jueces. "Están instrumentalizados, según la conveniencia y voluntad de los políticos", añade.
La condena de prisión contra los periodistas del Al-Watan Al-An vuelve a echar por tierra las promesas de Mohamed VI cuando pisó palacio en calidad de monarca. Sus palabras que prometían respeto a los medios de comunicación supusieron una bocanada de aire fresco para el periodismo en el país alauí. Sin embargo, aquel discurso ilusionista y aperturista que invocaba sinceramente la transición democrática, no trascendió, produciéndose en los últimos años el efecto contrario: Marruecos viene sufriendo una regresión en la libertad de prensa que ha denunciado Reporteros Sin Fronteras en multitud de ocasiones.
Secuestros y autocensura
La última ha sido el pasado 5 de septiembre, en plena campaña electoral, mediante una carta dirigida al Rey en la que daban la voz de alarma porque, a su juicio, "Marruecos está en una pendiente peligrosa, y el encarcelamiento de periodistas, que se pensaba era parte del pasado, vuelve a convertirse en una realidad".
En esa carta denunciaron además la multiplicación de los secuestros de las publicaciones, la reaparición de la autocensura y el miedo que reina en todo el sector de la información. "Desde el acceso al trono de Mohamed VI treinta cuatro órganos de prensa han sido censurados y veinte periodistas condenados a prisión", afirma.
A la lista de condenados se une ahora el redactor de la citada publicación, Mustafá Hormat Ala, a quien la justicia le ha metido siete meses de prisión firme. Al director Abderrahima Ariri le espera cinco meses de cárcel, aunque con la pena en suspenso. Ambos fueron acusados de desvelar documentación confidencial sobre la alerta antiterrorista. Esos documentos se limitaban a pedir a las brigadas militares un aumento del nivel de vigilancia y la aplicación de medidas de seguridad teniendo en cuenta la situación de alerta máxima en la que se encontraba el país alauí después de los últimos atentados.
Según la agencia EFE, ambos periodistas recurrirán al Tribunal Supremo para presentar una queja sobre la legalidad del juicio y hasta que esa instancia emita su veredicto, Homart Ala no ingresará en prisión. Este periodista fue puesto en libertad provisional el pasado 11 de septiembre mientras que a Ariri lo liberaron casi dos meses antes.
Nuevo código
La decisión de la Corte Penal de Casa Blanca es un salto hacia atrás en el proceso democrático que supuestamente está viviendo Marruecos y dos más en su intento de demostrar a Occidente que el país alauí es un modelo a imitar por el resto de los países árabes-musulmanes porque se respetan las libertades y los derechos de las personas. Así al menos lo ven algunos colegas periodistas habituados a la autocensura y a las limitaciones que podrían verse acrecentadas con el nuevo Código de Prensa que espera ser aprobado por el Parlamento.
Los profesionales están convencidos de que dar luz verde a la nueva ley, endurecerá las medidas de presión y acoso contra la prensa libre e independiente. Además, creen que aumentarán las indemnizaciones para los periodistas que cometan delitos no relacionados con las "líneas rojas" y cárcel directamente para los más atrevidos que decidan atravesar la línea de fuego marcada por la Corona, el Islam y la Integridad Territorial.