L D (EFE) La matanza perpetrada ayer martes ha sido atribuida en principio a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En la región del Catatumbo, próxima a la frontera con Venezuela, se calcula que existen más de 20.000 hectáreas sembradas con coca y es desde hace cinco años objeto de disputa entre guerrilleros y paramilitares de derecha de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Los campesinos, acusados por las FARC de ser cooperadores de los escuadrones paramilitares de derecha, fueron amarrados con lazos antes de ser fusilados en una zona denominada "Río Chiquito" en el municipio de Tibú.
La matanza de los llamados "raspachines", especializados en cultivar arbustos de coca, ha provocado pánico en la población y el desplazamiento de campesinos.
El general Carlos Alberto Ospina, comandante de las Fuerzas Militares, ha afirmado que esta matanza constituye "un crimen de lesa humanidad" y ha recordado que en la zona de La Gabarra existen "muchos cultivos de coca" y que "las Autodefensas y las FARC se han disputado permanentemente este sector".