LD (Agencias) La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de Colombia ha confirmado que los irlandeses Niall Connolly, James Monagham, y Martin McCaulley deberán cumplir una condena de diecisiete años de prisión que le impuso el dieciséis de diciembre de 2004 el Tribunal Superior de Bogotá.
Desde 2001, los extranjeros fueron procesados y enjuiciados por entrenar a terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pero, en 2001 se beneficiaron por una sentencia absolutoria emitida por un juez bogotano. Según el Supremo, los irlandeses son culpables de los delitos de entrenamiento para actividades ilícitas y uso de documentos públicos falsos.
El fallo de segunda instancia, confirmado ahora por la más alta corporación judicial del país, había sido emitido ocho meses después de que el juez Jairo Acosta, de un juzgado especializado de Bogotá, absolviera a los tres extranjeros del cargo más grave, que los exponía a una pena de hasta veinticinco años de prisión. En la misma sentencia, de abril de 2004, Acosta condenó a los tres a penas de 26 a 44 meses de prisión, por el segundo delito, que se derivó de la identificación de ellos con pasaportes falsificados.
En el fallo, el juez concedió a Connolly, Monagham y McCaulley el beneficio de la libertad condicional, pero los tres nunca cumplieron con las presentaciones periódicas ante la autoridad judicial, y regresaron de forma subrepticia a su país. Los extranjeros debían esperar en esa condición que el Tribunal Superior de la capital colombiana revisara la sentencia del juez Acosta y emitiera la de segunda instancia. En esa, dicho tribunal advirtió que el delito por el que los condenó es "de inusual gravedad, con repercusiones sociales", y pidió la detención de los prófugos y su entrega a Colombia, lo que no se ha producido.
Los irlandeses fueron acusados por las Fuerzas Militares de Colombia, cuyos efectivos de inteligencia los detuvieron el once de agosto de 2001 en el aeropuerto internacional bogotano de "Eldorado", cuando gestionaban un vuelo comercial al exterior. Los tres regresaban de la antigua zona de distensión del sur del país, en la que el Gobierno de la época y las FARC celebraban un proceso de paz, que el Ejecutivo rompió en febrero de 2002. Según las autoridades castrenses, los extranjeros permanecieron allí cinco semanas para adiestrar a los terroristas en la fabricación y manejo de explosivos.