L D (EFE) Los altos cargos del SPS, organizador de las exequias, se dirigieron a los ciudadanos varias veces para pedir "disciplina y dignidad", y sólo entonces los congregados empezaron a entrar uno por uno o en grupos pequeños, con expresión de profunda tristeza, y muchos de ellos entre lágrimas.
En las inmediaciones del Museo de la Revolución, situado en un gran parque en el lujoso barrio de Dedinje, vendedores ambulantes ofrecen crespones negros con adhesivos en los que está inscrito "Slobodan" junto a una pequeña bandera tricolor serbia. Venden también velas, pese a las advertencias del servicio de seguridad de que no podrán encenderlas dentro del edificio, rosas rojas, símbolo del partido socialista de Milosevic, y algunos ejemplares de un libro sobre Ratko Mladic, el general serbobosnio prófugo, acusado de crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional de La Haya.
El Museo de la Revolución es parte del complejo de museos de la Historia denominado "25 de mayo", fecha del nacimiento del líder comunista y presidente vitalicio de la antigua federación de Yugoslavia, Josip Broz Tito.
Entre los primeros que acudieron a rendir homenaje a Milosevic, horas antes de que el féretro con su cuerpo fuera llevado al edificio del Museo, está Ljiljana, ama de casa, de 69 años, que llevó a su nieto, Petar, de cuatro, "para que siempre se acuerde del héroe". "Ahora vivimos en el mal. Milosevic era el único héroe verdadero, y es el único que irá al paraíso. Los otros, todos, y Vojislav Kostunica y Boris Tadic (los actuales primer ministro y presidente de Serbia), terminará en el infierno", declaró a la agencia Efe el jubilado Miroslav, de 81 años, que llevaba una pequeña foto de su líder.
"Asesinaron a nuestro Sloba (apodo de Milosevic). Triunfaron en una batalla pero no ganarán la guerra. El pueblo serbio proseguirá su pugna contra los criminales de Occidente", dijo entre lágrimas Rajna, una empleada, de 52 años.
Un grupo que llevaba una pancarta con elogios de la personalidad de Milosevic increpó a los informadores de medios occidentales y pidió al servicio de seguridad que no les dejaran entrar en el Museo. El féretro, cubierto con la bandera de Serbia y con una corona de rosas rojas, está expuesto en el centro de una amplia sala de exposiciones, y frente al mismo ha sido colocada una gran foto de Milosevic y un cartel en el que están inscritos su nombre y las fechas de nacimiento y muerte.
Detrás, fueron colocadas las banderas nacionales, y, a ambos lados del ataúd, velan de pie de forma solemne los máximos cargos del SPS y destacados miembros del comité de defensa de Milosevic denominado "Sloboda" (Libertad). Los ciudadanos pasan en silencio, con actitud solemne, y sólo una mujer se acercó sollozando al espacio restringido para besar la foto de Milosevic durante varios minutos.
El antiguo colaborador de Milosevic y ex presidente de Serbia Milan Milutinovic, acusado de crímenes de guerra en Kosovo que está en libertad condicional hasta el inicio del juicio ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), acudió hoy al Museo de la Revolución. También le rindieron homenaje los líderes del opositor y ultranacionalista Partido Radical Serbio (SRS), su antiguo aliado en el poder y ahora el mayor partido de Serbia.
Los "radicales" pidieron a sus seguidores y simpatizantes que el próximo sábado se congreguen ante el Parlamento de Serbia y Montenegro, en el centro de la capital, para la ceremonia de última despedida a Milosevic, y que acudan al entierro que tendrá lugar ese mismo día en Pozarevac, su ciudad natal, sin honores de Estado. Según anunció este jueves Milorad Vucelic, organizador del funeral, se espera para mañana la llegada a Serbia del hijo de Milosevic, Marko, y de su viuda, Mirjana Markovic, de los que se cree que viven en Rusia.
Milosevic fue encontrado muerto el sábado pasado en su celda de la prisión del TPIY, en La Haya, donde era juzgado desde febrero de 2002 por su presunta responsabilidad en los crímenes de guerra cometidos en Bosnia, Croacia y Kosovo.
En las inmediaciones del Museo de la Revolución, situado en un gran parque en el lujoso barrio de Dedinje, vendedores ambulantes ofrecen crespones negros con adhesivos en los que está inscrito "Slobodan" junto a una pequeña bandera tricolor serbia. Venden también velas, pese a las advertencias del servicio de seguridad de que no podrán encenderlas dentro del edificio, rosas rojas, símbolo del partido socialista de Milosevic, y algunos ejemplares de un libro sobre Ratko Mladic, el general serbobosnio prófugo, acusado de crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional de La Haya.
El Museo de la Revolución es parte del complejo de museos de la Historia denominado "25 de mayo", fecha del nacimiento del líder comunista y presidente vitalicio de la antigua federación de Yugoslavia, Josip Broz Tito.
Entre los primeros que acudieron a rendir homenaje a Milosevic, horas antes de que el féretro con su cuerpo fuera llevado al edificio del Museo, está Ljiljana, ama de casa, de 69 años, que llevó a su nieto, Petar, de cuatro, "para que siempre se acuerde del héroe". "Ahora vivimos en el mal. Milosevic era el único héroe verdadero, y es el único que irá al paraíso. Los otros, todos, y Vojislav Kostunica y Boris Tadic (los actuales primer ministro y presidente de Serbia), terminará en el infierno", declaró a la agencia Efe el jubilado Miroslav, de 81 años, que llevaba una pequeña foto de su líder.
"Asesinaron a nuestro Sloba (apodo de Milosevic). Triunfaron en una batalla pero no ganarán la guerra. El pueblo serbio proseguirá su pugna contra los criminales de Occidente", dijo entre lágrimas Rajna, una empleada, de 52 años.
Un grupo que llevaba una pancarta con elogios de la personalidad de Milosevic increpó a los informadores de medios occidentales y pidió al servicio de seguridad que no les dejaran entrar en el Museo. El féretro, cubierto con la bandera de Serbia y con una corona de rosas rojas, está expuesto en el centro de una amplia sala de exposiciones, y frente al mismo ha sido colocada una gran foto de Milosevic y un cartel en el que están inscritos su nombre y las fechas de nacimiento y muerte.
Detrás, fueron colocadas las banderas nacionales, y, a ambos lados del ataúd, velan de pie de forma solemne los máximos cargos del SPS y destacados miembros del comité de defensa de Milosevic denominado "Sloboda" (Libertad). Los ciudadanos pasan en silencio, con actitud solemne, y sólo una mujer se acercó sollozando al espacio restringido para besar la foto de Milosevic durante varios minutos.
El antiguo colaborador de Milosevic y ex presidente de Serbia Milan Milutinovic, acusado de crímenes de guerra en Kosovo que está en libertad condicional hasta el inicio del juicio ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), acudió hoy al Museo de la Revolución. También le rindieron homenaje los líderes del opositor y ultranacionalista Partido Radical Serbio (SRS), su antiguo aliado en el poder y ahora el mayor partido de Serbia.
Los "radicales" pidieron a sus seguidores y simpatizantes que el próximo sábado se congreguen ante el Parlamento de Serbia y Montenegro, en el centro de la capital, para la ceremonia de última despedida a Milosevic, y que acudan al entierro que tendrá lugar ese mismo día en Pozarevac, su ciudad natal, sin honores de Estado. Según anunció este jueves Milorad Vucelic, organizador del funeral, se espera para mañana la llegada a Serbia del hijo de Milosevic, Marko, y de su viuda, Mirjana Markovic, de los que se cree que viven en Rusia.
Milosevic fue encontrado muerto el sábado pasado en su celda de la prisión del TPIY, en La Haya, donde era juzgado desde febrero de 2002 por su presunta responsabilidad en los crímenes de guerra cometidos en Bosnia, Croacia y Kosovo.