LD (EFE) Fuerzas militares y de la Policía entraron en el asentamiento de Katif después de esquivar montones de forraje en llamas, a los que colonos y extremistas "anaranjados" prendieron fuego en protesta por el desalojo. Los bomberos tuvieron que intervenir para apagar el fuego cuando las llamas amenazaban con alcanzar los cables de alta tensión.
El asentamiento, uno de los tres que las fuerzas del Gobierno tienen previsto evacuar hasta las últimas horas de la tarde de este domingo, fue fundado hace veinte años y la mayor parte de sus 330 habitantes se dedican a la agricultura en invernaderos y la industria.
Las familias de los colonos que no se marcharon voluntariamente permanecían en sus casas y a la espera de la llegada de las fuerzas, después de participar en un acto en memoria de una de sus vecina, Tali Hatchuel, asesinada junto con sus cuatro hijas menores de edad en un ataque palestino cuando iban en el coche de la familia. "!Esto es terrible, terrible!", se limitó a decir en medio del llanto la secretaria de Katif. "Dejamos de creer en la prensa y en el Gobierno", agregó en declaraciones al Canal 1 de televisión.
En otros de los asentamientos a desalojar por la fuerza, Atzmona, los colonos prohibieron la entrada a los periodistas con el argumento de que "no queremos que mostréis nuestro sufrimiento". Los soldados y los policías, que comenzaron la "Operación Confraternidad" el pasado lunes quince, tienen orden de ir casa por casa y persuadir a las familias que se han opuesto hasta último momento para que desalojen sus hogares.