LD (EFE) Siete soldados y cuatro policías iraquíes murieron en un ataque perpetrado por un grupo de terroristas en la ciudad de Tikrit, lo que eleva a más de cien el número de las víctimas mortales de la violencia en Irak en los últimos tres días.
Según la Policía, en el atentado tomaron parte unos veinte criminales que, armados con fusiles y lanzagranadas, atacaron un puesto de control vigilado por soldados y policías. Los uniformados muertos vigilaban una carretera de la aldea Al-Dur, en el sur de Tikrit, ciudad natal del depuesto presidente iraquí Sadam Husein.
Una fuente anónima de la Oficina de Coordinación Iraquí-estadounidense en la provincia de Salahedin, donde está ubicado Tikrit, declaró que "los atacantes atentaron contra los soldados y los policías desde varios puntos y utilizaron armas ligeras y lanzagranadas". También aseguró que varios de los atacantes resultaron heridos, pero "todos lograron huir".
En Bagdad, diez personas han muerto y otras catorce resultaron heridas por la explosión de cinco bombas. La primera fue colocada en un mercado de verduras de Zafarana. Allí murieron cuatro civiles y doce resultaron heridos. Poco después se registraron potentes explosiones en los barrios de Al-Gazaliya y Al-Amiriya, donde murió un efectivo de las fuerzas "Al-Maghauir", un cuerpo de elite de la policía iraquí, y otros dos quedaron heridos.
Horas después, en el barrio de Al-Iskan estalló un cuarto artefacto al paso de una patrulla militar estadounidense, pero se desconoce si ha causado víctimas. El último ataque tuvo lugar en el barrio chií de Ciudad Al-Sadr que era sacudido por la explosión de una bomba colocado en el interior de un saco que había sido dejado sobre un microbús. Cinco civiles murieron.
El ataque más reciente fue perpetrado por cuatro hombres armados contra el convoy del dirigente de la principal formación suní del país, Adnan al-Duleimi, líder del Consenso Nacional Iraquí (CNI) que salió ileso del intento de asesinato. Sin embargo, según el portavoz de la formación suní, Dhafer al-Aani, en el atentado, ocurrido en una carretera del oeste de Bagdad, falleció un guardaespaldas y otros cinco sufrieron heridas de distinta gravedad.
Los ataques en Tikrit y Bagdad son los últimos episodios violentos en Irak después de que se desatara la oleada de atentados en el país tras el ataque del pasado veintidós de febrero contra un santuario chií en Samarra, al norte de Bagdad. Desde entonces alrededor de 450 iraquíes perdieron la vida en ataques en la ciudad capital y otras áreas del país.