LD (Agencias) Aunque las autoridades nigerianas no han informado oficialmente del número de víctimas en los choques armados que las etnias ijaw e itsekeri mantuvieron entre el pasado viernes y este martes, la Cruz Roja ha compilado la cifra en base a declaraciones de testigos y portavoces de los hospitales de la zona. Aparte de los muertos y heridos, más de 4.000 personas huyeron de Warri para no quedar atrapadas en los enfrentamientos, en los que ambos bandos utilizaron fusiles y pistolas automáticas, según las fuentes.
Las dos tribus aceptaron poner fin a los combates tras un masivo despliegue militar en Warri y poblaciones aledañas y después de que sus representantes se reunieran con las autoridades locales y enviados del Gobierno federal nigeriano. La empobrecida zona de Warri y las cercanas localidades de Forcados y Escravos son el epicentro del conflicto étnico que afecta desde hace más de una década a la industria petrolífera nigeriana en el delta del río Níger.
Aunque no se ha dilucidado el origen de los enfrentamientos, en los que decenas de viviendas fueron incendiadas por uno u otro bando, se piensa que se debieron a "celos políticos y económicos" entre las dos etnias. Los ijaws afirman que el Gobierno favorece a los itsekeris en la distribución de los beneficios derivados de las multimillonarias operaciones petrolíferas y que, a cambio, estos últimos brindan apoyo político al régimen del presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo.
Pese a que Nigeria es el sexto productor mundial de crudo, su población, especialmente en las áreas de los ricos yacimientos del sur, vive en extrema pobreza, lo que provoca constantes enfrentamientos entre las etnias locales y las petroleras multinacionales. Las tribus acusan a las compañías de explotar los recursos petrolíferos de su región sin proveer una adecuada compensación económica, así como de arruinar el medioambiente.
Las dos tribus aceptaron poner fin a los combates tras un masivo despliegue militar en Warri y poblaciones aledañas y después de que sus representantes se reunieran con las autoridades locales y enviados del Gobierno federal nigeriano. La empobrecida zona de Warri y las cercanas localidades de Forcados y Escravos son el epicentro del conflicto étnico que afecta desde hace más de una década a la industria petrolífera nigeriana en el delta del río Níger.
Aunque no se ha dilucidado el origen de los enfrentamientos, en los que decenas de viviendas fueron incendiadas por uno u otro bando, se piensa que se debieron a "celos políticos y económicos" entre las dos etnias. Los ijaws afirman que el Gobierno favorece a los itsekeris en la distribución de los beneficios derivados de las multimillonarias operaciones petrolíferas y que, a cambio, estos últimos brindan apoyo político al régimen del presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo.
Pese a que Nigeria es el sexto productor mundial de crudo, su población, especialmente en las áreas de los ricos yacimientos del sur, vive en extrema pobreza, lo que provoca constantes enfrentamientos entre las etnias locales y las petroleras multinacionales. Las tribus acusan a las compañías de explotar los recursos petrolíferos de su región sin proveer una adecuada compensación económica, así como de arruinar el medioambiente.