LD (Agencias) En el editorial de la última edición del Diario del Pueblo, portavoz de la dictadura comunista china, el régimen asegura que mientras cien gobiernos de todo el mundo han mostrado su apoyo a China tras los violentos incidentes, algunos medios de comunicación extranjeros que "se creen salvadores de la justicia y la moral" se han mostrado parciales en la cobertura de la crisis en el Tíbet y han cometido errores.
La propaganda china destaca que "algunos reportajes subjetivos han mostrado que una parte de la prensa no es justa y objetiva, y está informando mal a los lectores". El diario asegura que algunas informaciones de periodistas extranjeros en Pekín fueron cambiadas por sus redactores-jefe en sus países de origen o cortados, mientras que se prestó amplia difusión a lo que Pekín considera "rumores", tales como la muerte de cien tibetanos a manos de la Policía china (según el Gobierno tibetano en el exilio).
Según las autoridades chinas, los muertos son sólo diecinueve, en su mayoría "civiles inocentes" que perdieron la vida en incendios y altercados causados por los autores de la revuelta. El diario se queja que "los esfuerzos del Gobierno chino por recuperar el orden social se han convertido en algunos medios extranjeros en 'opresión contra protestas pacíficas´".
Los periodistas extranjeros se defienden de estas acusaciones argumentando que la irregular cobertura del conflicto se debe en parte al hecho de que China impide el acceso de reporteros de otros países al Tíbet, por lo que las únicas fuentes son la propaganda china y la tibetana, igualmente parciales.