LD (Efe) La carta del Papa a los católicos chinos, que fue anunciada el pasado enero, está ya redactada en italiano y cuando las traducciones al mandarín y al inglés estén terminadas, se enviarán a Pekín unos cinco días antes de su divulgación general, afirma el rotativo.
Aunque su contenido no se ha desvelado, los analistas creen se dedicará a enfatizar la función evangélica de la Iglesia Católica, y se centrará más en los asuntos pastorales que en los diplomáticos.
Pekín manifestó que aguarda "con mucho interés" la carta aunque reiteró, que para el restablecimiento de las relaciones, Roma debe romper sus lazos con Taiwán y comprometerse a no entrometerse en los "asuntos internos" chinos, entre ellos, el nombramiento de obispos.
"Aunque Pekín estará descontento con algunos puntos, la carta del Santo Padre traerá estabilidad y reconciliación a la Iglesia, lo que va en línea con el deseo de Pekín de lograr la armonía social", dijo al rotativo de Hong Kong una fuente cercana a las conversaciones entre China y El Vaticano que pidió el anonimato.
Pekín y Roma rompieron sus lazos en 1951, cuando el Gobierno de Mao Zedong expulsó al nuncio apostólico, el arzobispo Antonio Riberi, y estableció la Iglesia Patriótica Católica bajo la dirección del Partido Comunista.
Las conversaciones para restaurar las relaciones comenzaron en 1987 y, aunque todavía no han llegado a buen puerto. Los miembros de las dos iglesias, la clandestina (entre 8 y 10 millones de fieles) y la oficial (unos 5 millones), han comenzado a cooperar en varias partes del país.
Aunque su contenido no se ha desvelado, los analistas creen se dedicará a enfatizar la función evangélica de la Iglesia Católica, y se centrará más en los asuntos pastorales que en los diplomáticos.
Pekín manifestó que aguarda "con mucho interés" la carta aunque reiteró, que para el restablecimiento de las relaciones, Roma debe romper sus lazos con Taiwán y comprometerse a no entrometerse en los "asuntos internos" chinos, entre ellos, el nombramiento de obispos.
"Aunque Pekín estará descontento con algunos puntos, la carta del Santo Padre traerá estabilidad y reconciliación a la Iglesia, lo que va en línea con el deseo de Pekín de lograr la armonía social", dijo al rotativo de Hong Kong una fuente cercana a las conversaciones entre China y El Vaticano que pidió el anonimato.
Pekín y Roma rompieron sus lazos en 1951, cuando el Gobierno de Mao Zedong expulsó al nuncio apostólico, el arzobispo Antonio Riberi, y estableció la Iglesia Patriótica Católica bajo la dirección del Partido Comunista.
Las conversaciones para restaurar las relaciones comenzaron en 1987 y, aunque todavía no han llegado a buen puerto. Los miembros de las dos iglesias, la clandestina (entre 8 y 10 millones de fieles) y la oficial (unos 5 millones), han comenzado a cooperar en varias partes del país.