L D (EFE) Es la segunda vez en medio año que China censura YouTube, una de las páginas web más populares del mundo. La primera ocasión fue en octubre de 2007, cuando se celebró el XVII Congreso del Partido Comunista de China, un evento quinquenal que suele ir acompañado de un aumento del control informativo.
El país asiático, a pesar de tener más de 220 millones de internautas y ser uno de los que más tráfico en la red registran, es a la vez uno de los que ejercen mayor censura sobre la misma. Otras páginas como la de la emisora británica BBC o las de grupos pro derechos humanos, como Amnistía Internacional o Reporteros Sin Fronteras llevan ya varios años bloqueadas.
Los disturbios en Lhasa, originados por la población tibetana contra los chinos Han que según ellos están "colonizando" el Tíbet, fueron el punto culminante de unas protestas que se iniciaron el 10 de marzo por monjes de varios monasterios tibetanos, duramente reprimidas por la policía china.
El Dalai Lama acusa a China de estar causando un "genocidio cultural" en el Tíbet, donde los tibetanos son ya minoría en ciudades como Lhasa, mientras que Pekín se defiende al asegurar que las protestas son una conspiración del líder religioso tibetano y su "camarilla".
El país asiático, a pesar de tener más de 220 millones de internautas y ser uno de los que más tráfico en la red registran, es a la vez uno de los que ejercen mayor censura sobre la misma. Otras páginas como la de la emisora británica BBC o las de grupos pro derechos humanos, como Amnistía Internacional o Reporteros Sin Fronteras llevan ya varios años bloqueadas.
Los disturbios en Lhasa, originados por la población tibetana contra los chinos Han que según ellos están "colonizando" el Tíbet, fueron el punto culminante de unas protestas que se iniciaron el 10 de marzo por monjes de varios monasterios tibetanos, duramente reprimidas por la policía china.
El Dalai Lama acusa a China de estar causando un "genocidio cultural" en el Tíbet, donde los tibetanos son ya minoría en ciudades como Lhasa, mientras que Pekín se defiende al asegurar que las protestas son una conspiración del líder religioso tibetano y su "camarilla".
Ultimátum a los agitadores
Antes de que cumpla el ultimátum de las autoridades chinas para los manifestantes que se enfrentaron a la policía en Lhasa, cualquier intento de salir al exterior sigue siendo abortado por las fuerzas de seguridad, que buscan casa por casa "agitadores" de la violencia antichina que originó hasta 100 muertos, según el exilio tibetano, pese a que Pekín hable por ahora sólo de 13. Las fuerzas armadas chinas no confían en el resultado del ultimátum dado a los "agitadores" en Tíbet para que se entreguen antes de la medianoche del lunes.
El presidente de la región autónoma del Tíbet, aseguró el lunes en rueda de prensa que la policía y el ejército chinos "no hicieron uso de armas" en la represión de las manifestaciones de la semana pasada, que acabaron, según Pekín, con 13 muertos y 60 heridos.
Qiangba Puncog justifica así la actuación de las fuerzas chinas diciendo que "me gustaría saber si hay algún Gobierno defensor de la democracia y vigencia de la ley que toleraría tal violencia".