L D (Europa Press) El presidente venezolano, Hugo Chávez, afirmó hoy que si el Partido Popular llegara a ganar las elecciones generales de marzo en España, las empresas españolas presentes en el país latinoamericano "tendrían que irse" de Venezuela, con mención especial para el presidente del Banco de Venezuela/Grupo Santander, Michel J. Goguikian y a la petrolera Repsol.
"Ruégale Michel (J. Goguikian) a Dios que gane otra vez Zapatero, (porque) si gana la derecha otra vez olvídense los españoles" de operar sus empresas en Venezuela. "Incluso Repsol que está aquí tendría que irse", agregó. Esta advertencia se produjo un día después de que el líder venezolano amenazara con nacionalizar los bancos españoles Santander y BBVA en caso de no recibir oportunamente una disculpa del Rey Juan Carlos tras el incidente que se produjo en la pasada Cumbre Iberoamericana.
Chávez dijo que su Gobierno estaba revisando la influencia de la presencia española en Venezuela y adelantó que las inversiones, especialmente las bancarias, no eran necesarias para el país.
Los venezolanos se preparan para la jornada electoral del domingo
En la que 16 millones de electores han sido convocados a pronunciarse sobre una polémica reforma constitucional que promueve el presidente Hugo Chávez. Dicha reforma incluye la reelección presidencial indefinida, la posibilidad de que el Estado restrinja la información y las leyes de detención durante los estados de excepción y la creación de nuevas formas de propiedad comunal.
Los preparativos del referendo se cumplen en medio de cierto nerviosismo y tensión, tras las advertencias de Chávez sobre supuestos planes de la oposición ideados en Estados Unidos para dar al traste con la votación y generar caos. La aprobación de la reforma constitucional que impulsa acelerará, según afirma, la instauración de lo que llama "socialismo venezolano del siglo XXI" y esto, en su opinión, genera "enemigos" internos y externos. Los adversarios de la reforma consideran que solo intenta desviar la atención de la contienda electoral cuando una mayoría del país está contra su propuesta.
La denominada "jornada de reflexión electoral" también se cumple hoy con la entrada en vigor de una "ley seca" que prohíbe la compraventa y el consumo de bebidas alcohólicas hasta el próximo lunes. Asimismo, rige una veda sobre acciones proselitistas y la concesión de permisos a civiles para portar armas. El acuartelamiento policial y vistoso despliegue militar en los centros de votación se complementará mañana con el cierre de las fronteras.
Las autoridades electorales han dado reiteradas garantías de transparencia y dicho que cualquier acusación de fraude en la que, según Chávez, se basará la oposición para ejecutar su plan, "chocará con la realidad", porque "no hay posibilidad de que el voto no refleje la voluntad de los ciudadanos".
Así lo subrayó hoy Humberto Castillo, uno de los directivos del Consejo Nacional Electoral (CNE), al reiterar que se abrirá el 54 por ciento de las "urnas electorales" donde se depositará el voto físico, para así cotejar el resultado del voto electrónico. "Lo que antes era una caja negra, ahora es una caja traslúcida, ya que el 54 por ciento de las urnas electorales de resguardo se abren", dijo, y agregó que denuncias en contra no pasarán de ser "una retórica política que no tendrá interlocutores en la mayoría".
Adicionalmente, dijo que en el referendo, que decidirá la suerte de la intención gubernamental de reformar 69 de los 350 artículos de la Constitución de 1999, participarán casi 100.000 testigos "de las dos orientaciones, quienes estarán vigilantes del proceso". También el ministro de Defensa, general Gustavo Rangel, confirmó que las mesas de votación "han quedado instaladas" y destacó que unos 110.000 efectivos de la Fuerza Armada Bolivariana (FAB) y alrededor de 300.000 policías y civiles actuarán "ante cualquier foco de violencia que grupos minoritarios intenten generar". "No tenemos ninguna previsión de que se va a acabar el mundo" y sí de que "habrá completa paz", añadió Rangel.
Según los oficialistas, grupos de la oposición radical planean desconocer la noche del domingo o la madrugada del lunes la proclamación de la supuesta "victoria" del "sí" a las reformas, primer paso de la "Operación Tenazas" que Chávez atribuyó a la CIA de Estados Unidos y a grupos "pitiyanquis de la oligarquía criolla". Los líderes de la oposición, que denuncian la reforma propuesta por el presidente como un intento de instalar "un régimen socialista autoritario", afirman, a su vez, que los estudios de opinión que, el año pasado, daban por vencedor a Chávez en las presidenciales, y acertaron, pronostican ahora la victoria de un "no".
Los opositores al proyecto de cambios en la Carta Magna de 1999, unidos en un llamado "Bloque del No", reunieron al pasado jueves en una céntrica avenida de Caracas a una multitud en rechazo a la reforma. Al día siguiente otra masiva concentración "roja", a favor del "sí" llenó la misma avenida Bolívar de la capital. Los dirigentes opositores, entre ellos el alcalde de Chacao, Leopoldo López, han asegurado que reconocerán un resultado adverso "si hay transparencia", pero advirtieron también que el pueblo defenderá su vota si el proceso es "tramposo".