L D (EFE) "Hoy me reuní varias horas con el enviado de "Manuel Marulanda". Fue la primera reunión, seguirán otras, tratando de buscar una solución, pero no es fácil", admitió Chávez. Su referencia a la negociación para buscar un canje entre 45 rehenes de las FARC y medio millar de presos del grupo terrorista se produjo durante un acto cerca del lago de Valencia, 110 kilómetros al oeste de Caracas. El mandatario venezolano sólo comentó que, en el encuentro, también hablaron del Libertador Simón Bolívar y del proyecto de reforma constitucional que promueve en Venezuela.
Chávez no precisó cuándo seguirán los contactos con el representante de las FARC, que mantiene en su poder a un grupo de 45 personas, en el que figuran políticos, militares y tres estadounidenses, que aspira a cambiar por 500 terroristas presos. La alusión del mandatario venezolano a la reunión es la primera confirmación oficial de su celebración, tras la avalancha de especulaciones en torno al primer contacto con el enviado del grupo armado.
Inicialmente, los medios locales señalaron que el contacto debía producirse la noche del lunes, pero ayer Chávez participó en dos actos públicos y, en ninguno de ellos, hizo referencia al caso. Chávez había hablado de "dos" miembros del Secretariado de las FARC, que llegaron al país el pasado domingo, pero hoy, al confirmar la reunión, se refirió "al enviado de Manuel Marulanda", alias de Pedro Antonio Marín.
El primer encuentro de Chávez con delegados de los terroristas de las FARC estaba fijado para el pasado 8 de octubre en Venezuela, pero fue pospuesto debido a la falta de elementos para "completar el círculo" de cara al posible canje humanitario, según dijo entonces Córdoba. Chávez ha reconocido las "dificultades" que supone el proceso en busca del acuerdo humanitario en Colombia y ha insistido en que, para "poder ser útil" como mediador, es "indispensable" que se entreviste con "Manuel Marulanda".
El jefe de Estado venezolano reveló la noche del lunes que las FARC entregarían una "fe de vida" de las personas que tienen retenidas, entre ellas Ingrid Betancourt, ex candidata presidencial independiente, que también tiene la nacionalidad francesa. Juan Carlos Lecompte, ex esposo de Betancourt, expresó en Caracas que "sería un alivio" poder disponer de una "prueba de vida" de la dirigente política. Chávez indicó que la entrega de esa prueba sería "un avance" en el proceso, y confirmó la presencia en Caracas de un enviado especial del presidente francés, Nicolas Sarkozy. Ese emisario tendría como misión obtener la mayor información posible sobre el tema, para retornar luego a París y preparar la reunión del 20 de noviembre próximo entre Sarkozy y Chávez en la capital francesa.
El mandatario venezolano ha reconocido que la tarea que asumió es "difícil", aunque señala que cuenta con bazas para jugar, originadas en "algunas propuestas" del presidente colombiano, Álvaro Uribe, de cartas de Manuel Marulanda, de Piedad Córdoba, y de intermediarios y asesores, de identidad no facilitada. Chávez considera que los principales obstáculos son los que llamó "inamovibles", término con el que identifica aquellos puntos en los que las partes en conflicto no quieren hacer concesiones.