LD (EFE) El presidente venezolano explicó que durante el viaje desde Caracas revisó los documentos que este sábado deberán aprobar los jefes de Estado y de Gobierno que se han congregado en Santiago y aseguró que no le convence el tema que ha propuesto la anfitriona, Michelle Bachelet. Criticó también las llamadas "Metas del Desarrollo del Milenio" acordadas en las Naciones Unidas, a las que consideró "mínimas", e insistió en que los asuntos sociales deben ser abordados con "más franqueza".
Chávez no aclaró si se reunirá con el presidente colombiano, Álvaro Uribe, para explicarle el resultado de las reuniones que tuvo en Caracas con terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el marco de su mediación para intentar el canje de 45 rehenes de ese grupo por unos quinientos terroristas presos. "No tengo prevista ninguna reunión bilateral", aclaró el líder venezolano, quien sin embargo señaló que podría entrevistarse con alguno de los mandatarios asistentes si se lo pidieran.
La víspera, la cumbre se desbordó de rumores que hablaban de la posible ausencia de Chávez en la cita de Santiago, que era atribuida indistintamente a las protestas contra la reforma constitucional que promueve en Venezuela o las negociaciones que lleva a cabo con las FARC.
Las palabras de Bachelet
En la apertura de la XVII Cumbre Iberoamericana que se celebra en Santiago de Chile, la presidenta chilena Michelle Bachelet ha considerado que la cohesión social, lema de la reunión, "expresa la voluntad de que se haga realidad el sueño de tantos y tantos", de lograr "sociedades más equitativas y libres".
La ceremonia de apertura de la cumbre se celebró en el Club Hípico de la capital chilena, monumento histórico fundado en 1869, estuvo marcado por el tono poético de los discursos y por la ausencia de ocho presidentes latinoamericanos. La anfitriona de la cumbre y actualmente la única mujer al frente de un Gobierno en Iberoamérica, manifestó su deseo de que un día "la exclusión ética y social sea un mal recuerdo" en Latinoamérica, donde hay más de 205 millones de pobres, de los que 79 viven en la extrema pobreza.
En su intervención, el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, aprovechó para apelar a su homólogo de Argentina, Nestor Kirchner, a que el río fronterizo que está en el centro de un conflicto entre ambos países por la construcción en su ribera de unas papeleras les "atraiga a un abrazo". Abogó porque "ese río que nos recorre de norte a sur, uniendo este y oeste nos atraiga a un abrazo fraterno y prolongado entre nuestros dos pueblos". El presidente aseguró que esta reflexión esta hecha con todo su "cariño y amor", en un gesto público de aparente acercamiento en este asunto a Argentina.