LD (Agencias) En una conferencia de prensa con corresponsales extranjeros celebrada en Caracas, el presidente Hugo Chávez señaló que con Aznar "tenemos diferencias de enfoques sobre muchos temas; son más, mucho más las diferencias de enfoque en lo político, en lo económico en lo social y sobre los problemas del mundo, que las similitudes que tenemos". Chávez respondió así a una pregunta de la agencia española EFE sobre qué hará su Gobierno para acercase al de Madrid, tras una reacción anterior suya a un exhorto de Aznar para que se alejara de modelos como el cubano.
La semana pasada, Chávez llegó a preguntarse públicamente si acaso de esa manera el jefe del Gobierno español se creía Fernando VII y lo acusó de inmiscuirse en asuntos internos de su país. "No es enojo lo que uno manifiesta, es dignidad. Lo mínimo que pedimos es que se nos respete", agregó y subrayó que a Aznar "yo lo respeto, le tengo afecto". Chávez recordó que en diciembre de 1998, al ganar las elecciones presidenciales de Venezuela, habló por primera vez con Aznar, quien le llamó para felicitarle "y me llamó Hugo, y yo no lo conocía". Entonces "comenzó una relación muy franca" que fue consolidándose las veces que ambos se encontraron en diversas partes del mundo y en visitas de Estado a sus respectivos países, manifestó. "Pero hasta ahora -recalcó- nos habíamos respetado pese a las diferencias, por respeto también a la soberanía de cada país".
El presidente Chávez calificó como "una ligereza" de Aznar el recomendarle que se apartara del régimen de Fidel Castro. "Bueno, alguien tenía que responderle y yo le respondí, pero no es enojo, no es que (ahora) somos enemigos y que queremos que las relaciones entre España y Venezuela se alteren por eso, no, pero cada quien en su sitio, cada quien en su lugar", reiteró. Chávez mencionó que así como "yo no puedo inmiscuirme en cosas internas de España ni estar emitiendo opiniones, por ejemplo, sobre las marchas y las contramarchas que han hecho en España para reclamar la actitud del Gobierno español ante la invasión a Irak, porque eso es asunto de España, igual Aznar no puede estar metiendo las manos aquí y opinando sobre asuntos nuestros".
Advirtió que no caerá "en la diplomacia de micrófonos" y que "si nos vemos en la próxima cumbre, Dios mediante Iberoamericana -se celebrará en noviembre en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia)-, seguramente conversaremos y lo que tenga que decirle a Aznar se lo diré en privado, e igual espero que él asuma esto también con altura y madurez y que lo que tenga que decirme me lo diga en privado. Yo le oiré, como le he oído todas las cosas que ha querido decirme, pero lo que no puedo aceptar es que él emita declaraciones, menos que suenen a injerencias".
La semana pasada, Chávez llegó a preguntarse públicamente si acaso de esa manera el jefe del Gobierno español se creía Fernando VII y lo acusó de inmiscuirse en asuntos internos de su país. "No es enojo lo que uno manifiesta, es dignidad. Lo mínimo que pedimos es que se nos respete", agregó y subrayó que a Aznar "yo lo respeto, le tengo afecto". Chávez recordó que en diciembre de 1998, al ganar las elecciones presidenciales de Venezuela, habló por primera vez con Aznar, quien le llamó para felicitarle "y me llamó Hugo, y yo no lo conocía". Entonces "comenzó una relación muy franca" que fue consolidándose las veces que ambos se encontraron en diversas partes del mundo y en visitas de Estado a sus respectivos países, manifestó. "Pero hasta ahora -recalcó- nos habíamos respetado pese a las diferencias, por respeto también a la soberanía de cada país".
El presidente Chávez calificó como "una ligereza" de Aznar el recomendarle que se apartara del régimen de Fidel Castro. "Bueno, alguien tenía que responderle y yo le respondí, pero no es enojo, no es que (ahora) somos enemigos y que queremos que las relaciones entre España y Venezuela se alteren por eso, no, pero cada quien en su sitio, cada quien en su lugar", reiteró. Chávez mencionó que así como "yo no puedo inmiscuirme en cosas internas de España ni estar emitiendo opiniones, por ejemplo, sobre las marchas y las contramarchas que han hecho en España para reclamar la actitud del Gobierno español ante la invasión a Irak, porque eso es asunto de España, igual Aznar no puede estar metiendo las manos aquí y opinando sobre asuntos nuestros".
Advirtió que no caerá "en la diplomacia de micrófonos" y que "si nos vemos en la próxima cumbre, Dios mediante Iberoamericana -se celebrará en noviembre en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia)-, seguramente conversaremos y lo que tenga que decirle a Aznar se lo diré en privado, e igual espero que él asuma esto también con altura y madurez y que lo que tenga que decirme me lo diga en privado. Yo le oiré, como le he oído todas las cosas que ha querido decirme, pero lo que no puedo aceptar es que él emita declaraciones, menos que suenen a injerencias".