L D (EFE) "¡Debemos seguir a la ofensiva, arrollando a la contrarrevolución, no tenemos más alternativa!", afirmó Chávez ante una multitud de sus seguidores reunidos a las puertas del palacio presidencial de Miraflores, en el centro de Caracas.
El mandatario izquierdista dijo que durante sus primeros años de Gobierno "era el rey de los pendejos", porque, aseveró, "creía que con la burguesía venezolana y con la extrema derecha venezolana y con las fuerzas imperiales era posible entenderse en el marco del respeto". "Pero es imposible, ellos no respetan nada, no respetan a nadie (...) con la burguesía contrarrevolucionaria no hay entendimiento alguno, ¡no lo hay ni lo habrá!", manifestó un airado Chávez.
En ese sentido, celebró la reciente condena judicial a 30 años de prisión dictada a tres jefes policiales acusados de ser los responsables de la muerte de algunas de las 19 víctimas registradas durante los violentos disturbios desatados en las cercanías del palacio de Gobierno el 11 de abril de 2002. Sin embargo, no hay ningún chavista condenado pese a que aparecen en muchos de los vídeos que se han presentado.
En su encendido discurso, transmitido en cadena nacional obligatoria de radio y televisión, Chávez exigió a los poderes públicos que continúen con la investigación sobre la "autoría intelectual" del golpe del 11 de abril de 2002 para que se apliquen las "sanciones correspondientes". "¡Que continúen la investigación a fondo y se establezcan las responsabilidades y se apliquen las sanciones correspondientes!" agregó el mandatario, que volvió a acusar a los medios privados de continuar con su actitud de "subvertir la tranquilidad" en el país y llamar "a la insurrección".
La condena a 30 años de cárcel dictada el pasado 3 de abril contra los tres jefes policiales ha sido repudiada por la oposición, que ha afirmado que la misma forma parte de la "arremetida judicial" del Gobierno contra sus opositores. La oposición incluye en esa "arremetida judicial" la detención, la semana pasada, del ex ministro de Defensa Raúl Isaías Baduell, artífice del regreso de Chávez al poder tras el golpe de abril de 2002 y devenido opositor, quien hace frente desde finales de 2008 a un caso de presunta corrupción.