LD (EFE) Ocho de los catorce muertos que la ola de terror ha dejado este domingo en Irak, perdieron la vida en la ciudad de Ad-Doluiya, a unos noventa kilómetros al norte de Bagdad, tras un enfrentamiento entre un grupo de hombre armados y soldados estadounidenses en la zona.
El tiroteo, que duró unos noventa minutos, siguió a un ataque con bomba contra una patrulla militar de EEUU en una carretera de esa localidad. Las fuentes no precisaron si las ocho personas fallecieron por la explosión o en el tiroteo, aunque afirmaron que al menos tres viviendas y un vehículo militar quedaron dañados.
En Mosul, a 420 kilómetros al norte de la capital, un grupo de pistoleros atacó con fusiles y lanzagranadas a los miembros de una patrulla de Policía en esta ciudad y mató a dos agentes y un civil. Dos ataques con bombas fueron cometidos también en la ciudad de Baquba, al noreste de Bagdad, y ocasionaron la muerte de un policía y heridas a doce personas, entre ellas una mujer.
Explosiones similares causaron la muerte de dos policías en el oeste de Bagdad, donde han sido encontrados, además, los cadáveres de cuatro de personas asesinadas y con señales de haber sido torturadas.